A 8 meses de la tragedia. Solo basta asistir cada día 8 de cada mes, al lugar donde por 50 años acudían familias y personas a buscar entretenimiento, diversión y recreación; a “botar el golpe” u otros síntomas que las personas buscan para desahogarse, para relajar el cuerpo y el alma.
Pero en caso contrario, para darse cuenta como se visualiza a una persona cuando acude a recordar a un familiar a las actividades que realizan las iglesias para recordar una tragedia que retumba en los corazones de 236 familias y miles de ciudadanos relacionados para entender el dolor, angustia, tristeza, depresión u otros síntomas de salud mental.
Tanto la jurisprudencia como las personas jurisconsultas han planteado las claves para considerar que un acuerdo entre partes en conflictos pueden una o las dos, anular lo que han consensuado.
Poniendo como ejemplo que ha existido en el documento base firmado por ellos el consentimiento voluntario entre ambos pudo haber ocurrido un error o por incapacidad de salud mental de las partes envueltas en el acuerdo.
O más bien, que el acuerdo en sí es considerado por las leyes o por expertos en la materia, que aunque en principio surgió la voluntad de solucionar entre ellas sus controversias, pero el acuerdo en sí, ha sido inmoral e ilícito. A considerar por juristas, ministerio público o jueces o ciudadanía en general.
En el caso de Jet Set, la tragedia no solo impactó a la opinión pública en salud mental, sino también a los familiares al enterarse de la tragedia.
Sin profundizar sobre lo acontecido en el famoso disco de entretenimiento, entiendo que los acuerdos suscritos por las partes a la fecha, por los propietarios del negocio de entretenimientos son totalmente nulos, si una de las partes lo considera así.
Sostengo esa teoría, porque la jurisprudencia nacionales e internacionales, mantienen que una persona que ha pasado por actos similares han llegado a momento de caer en actos depresivos y a la locura.
Luego de esa breve reflexión tanto a mis lectores como los que han observado procesos de justicia, podemos no perder de vista que ella o él, no pueden tomar decisiones; ya que el hecho ha consternado a cada integrante de familia, pero a la vez, a la sociedad que aún están en su subconsciente la tragedia Jet Set.
La muerte de 236 personas no es un escenario para tomar decisiones sin las previas consultas al yo interior del yo, y por supuesto, al especialista en salud mental.
Por ejemplo, si las partes en el proceso, en este caso los querellantes y el Ministerio Público, como representante de la sociedad, deciden procurar la anulación de los acuerdos homologados o no en la instancia judicial o constitucional, las personas jueces del Tribunal Constitucional tendrán que profundizar en jurisprudencias y a la vez, a lo que plantea la Constitución y el derecho comparado en la materia.
Volviendo al inicio, la tragedia Jet Set está en la psiquis de la gente. No necesariamente hay que ser experto en derecho para darse cuenta que las personas firmantes de los acuerdos, aún con el acompañamiento de un profesional del derecho, no están totalmente en su organismo mental como aceptado.Pensemos, solo eso, pensemos. Por tanto, reitero mi pregunta ¿Es posible anular los acuerdos arribados “Caso Jet Set”? ¿Qué dice usted?
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