SANTO DOMINGO.-Si a principio de siglo alguien revelara que en veinte años la interacción humana estaría mayoritariamente vinculada a la conectividad; que las compras básicas de alimentos y medicinas serían realizadas por pedidos a distancia; que las empresas se pensarían con seriedad liberar a sus empleados del horario de oficina y que ya no sería lujo ni “cosa de ricos” tener un computador y conexión en casa, posiblemente esa persona no sería tomada con seriedad.
El mundo cambió, solo que la mayoría lo ha notado algo tarde y debido mayormente a la presencia de la pandemia del Covid-19 que tiene la singularidad de haber eliminado más de 171, 000 personas en el mundo.
“Nosotros como empresa creíamos no era posible— afirmó Orlina Soriano, una administradora de empresas al referirse al teletrabajo—, pero nos hemos dado cuenta de que sí, en nuestro caso hemos podido mantener la empresa a un 90% de operación”.
¿Cómplice o culpable?
No obstante, para muchos, la conectividad y el acceso a la información también ha significado un atraso en la forma en que los seres humanos deciden enfrentar una situación determinada debido al acceso continuo a información repetitiva y el desconocimiento general de los filtros que garantizan su veracidad.
El psicólogo español Mario Sánchez declara lo siguiente: “me parece que ya no somos nosotros los que tenemos acceso a internet, es internet que tiene acceso a nosotros y nos llena de información, desgraciadamente hay algunas tendencias al sensacionalismo, a buscar catástrofes y cuando estas se encuentran con informaciones falsas se imagina lo peor”.
Agrega que es una condición natural ser más sensible al contenido negativo que al pedagógico.
“La desinformación ha alcanzado nuevas alturas. —Dice Arturo López Valerio, asesor empresarial en materia tecnológica—. El creciente cinismo en torno al papel de lo digital en las comunicaciones políticas, acompañado de profundos falsos utilizados por los administradores de memes, artistas y extremistas para alimentar la información errónea, hace que las personas se sientan disociadas de la verdad y la claridad”.
La mayoría de los psicólogos explican la ansiedad como un temor al futuro. Y en plena pandemia, es mucho lo que aporta la conectividad mal administrada y que es generalmente empleada (aparte del ocio), en la búsqueda de respuestas y soluciones a la nueva realidad social.
“La ansiedad en esta época aumentará por dos razones, la primera es que no tenemos control sobre lo que nos está pasando ni en lo económico ni en lo pandémico, y el segundo motivo es la muerte que aunque siempre ha existido está más cercana y es como si finalmente tomáramos conciencia de que la gente va a morir. Estas dos amenazas crean una puerta a la ansiedad”, explica Sánchez quien es investigador en Neurociencias.
Ante esta realidad recomienda buscar en internet solo lo que sea pedagógico y bloquear toda tentativa, aun sea periodística, que esté inclinada al sensacionalismo.
Nuevo consumo
Para López Valerio las personas están tomando una mayor conciencia de la salud mental, y adoptando un enfoque más medido para su consumo digital. “No quieren ser desconectados de internet, solo quieren una mejor relación con él. En 2020, las marcas y empresas ayudarán a los consumidores a crear y aplicar hábitos digitales más saludables”, pronostica.
El tecnólogo resalta que es innegable que la conectividad es la zapata del desarrollo actual, tomando en cuenta que existen 4.54 mil millones de usuarios de internet en el mundo con un penetración de 59%.
Por lo que entiende que las marcas y empresas deben aprender a encontrar un equilibrio, llegar a nuevos clientes con contenido emocional en los canales públicos y al mismo tiempo construir relaciones más profundas en canales privados.
“Los datos son claros: los clientes quieren menos contenido corporativo y conexiones más significativas en las redes sociales. Si bien el aumento de los canales privados es innegable, los canales públicos también siguen siendo clave para el descubrimiento de la marca”.
En todo caso el efecto positivo o negativo del consumo de Internet va a depender del tipo de uso que se le de.