Es fuerte comenzar de cero, pero hay que comenzar

Es fuerte comenzar de cero, pero hay que comenzar

Es fuerte comenzar de cero, pero hay que comenzar

Porque: Cuando se permite la relajación de

la disciplina, se inicia el trayecto al fracaso.

 

Sentarse a la orilla del río, solo

con la fe de que la corriente

fluirá contrario, para cruzarlo,

es una absurdidad.-

Desde los avernos, nos anuncian, -cual si fuese una representación del antiguo teatro griego: un híbrido de tragedia de Sófocles y comedia de Aristófanes,  donde uno sabía que iba a suceder antes de empezar- por igual, ahora podemos predecir, que nos depara el futuro de continuar por este camino, donde la ausencia de principios y valores, mostrada por las castas que nos han gobernado y pululan en las alturas del poder, se han encargado de sustituir por sus apetencias corruptas, y definitivamente que no es bueno.

No tenemos que ir muy atrás  en el almanaque, para darnos cuenta –aquellos que así lo deseen- de que acabamos de salirnos debajo de la patana del caos. Podríamos creer que ya todo pasó, que no volveremos a tener un gobierno tan malo y corrupto como el que acabamos de tener pero, no es así, aún ese conglomerado, esa corporación para el delito, continúa viva, amenazando y el destronado pichón de dictador, se prepara a ocupar la dirección general de la asociación. En tanto esto pasa, otros, que en realidad pertenecen al mismo tipo de claque, ya pretenden emular su ejemplo.

Estamos viviendo momentos, como otrora, donde las instituciones están de biberón, debido a que esa dictadura democrática, acabó con to’. Se repartieron el erario a tajadas y ripiaron a tal magnitud la institucionalidad, que resulta una acción hercúlea, encontrar rastros de ella. Fue tanto y de manera tal, que los “dispensadores de sus verdades”, conocidos más como “bocinas”, continúan impertérritos y con la misma desvergüenza, solapándose, tratando de ocultar las atrocidades que llevaron a cabo.

Pero, por bueno que haya sido el blindaje, por más que hayan cubierto sus hechos con una inmunidad rastrera, y por más ceros que coloquen, tanto a la derecha como a la izquierda, su destino continuará siendo cero, es decir, Ciudad Nueva, para comenzar, en uno.

Y así tiene que ser, porque el daño causado ha sido criminal, no solo en lo material, sino, en la psiquis de un pueblo inculto y sumiso, algo así, como expresó uno de los gobernantes más honrado y coherente de la antigua Roma, el Emperador Marco Aurelio: “La destrucción de la inteligencia,  una peste mucho mayor que cualquier infección”.

Es cierto, nunca debes esperar que mereces más de lo que entregas, y es lo que acontece, con lo que ha sembrado la casta política, -principalmente la saliente del poder- con relación al empoderamiento del ciudadano por sus obligaciones cívicas, cuando la cualquerizacion de los cargos electivos, ha permitido la proliferación del tigueraje barrial entre los “honorables”, supuestos a ser los principales supervisores del cómo se ejecutan las leyes por parte de los demás poderes. Podríamos decir, que los ratones están cuidando el queso.

Las huestes del infierno, nos dejaron encima de una gabarra, en mar abierto, en medio de una tormenta y no deseo convertirme en mantra sobre este asunto pero, no podemos dormirnos con determinadas inacciones que no nos permitan salir este cero institucional. Ejemplo: los invernaderos de Carmona, ahora sin dueño; Los aserraderos, por la misma área, y los famosos aguacates de la Sierra.

Creyeron o llegaron a pensar, que ese estado beatífico de cosas se prolongarían por siempre y por eso, obligatoriamente, hay que hacerlos despertar y, nada mejor, que en una cama de Ciudad Nueva. Todo esto sin temerle a la ayuda de sus “bocinas”, analistas-“opinadores”, ensimismados en mirar solo las olas, y no el movimiento cíclico, de las mismas. Comenzar de cero es duro, pero, hay que iniciar. ¡Sí señor!



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