Era de esperar

Era de esperar

Era de esperar

Danilo Arbilla

En algún momento iba a pasar. Ya estaba pasando . La Asociación de la Prensa de Madrid (APM) acaba de denunciar al partido Podemos de querer “controlar” a los periodistas, “a los que amedrenta y amenaza cuando está en desacuerdo con sus informaciones”.

Qué les parece.

La más que centenaria ( 122 años) organización de prensa de Madrid, en un comunicado sin precedentes exigió a Podemos “que deje de una vez por todas la campaña sistematizada de acoso personal y en redes que viene llevando a cabo contra profesionales de distintos medios”, porque no les gusta como informan.

La APM denunció que , “el acoso de miembros de Podemos se materializa de manera reiterada y desde hace más de un año en ataques a periodistas en sus propias tribunas, en reproches y alusiones personales en entrevistas, foros y actos públicos, o directamente en Twitter”.

“Estas presiones- añadió- también se realizan de forma personal y privada con mensajes y llamadas intimidantes”.

Consideró, además, que es “totalmente incompatible con el sistema democrático que un partido, sea el que sea, trate de orientar y controlar el trabajo de los periodistas y limitar su independencia” y en tal sentido advirtió que
“la estrategia de acoso de Podemos vulnera de una manera muy grave los derechos constitucionales a la libertad de expresión y a la libertad de información y coarta el libre ejercicio del periodismo, que es imprescindible para preservar la salud de una sociedad democrática como la española”.

“Esta inaceptable campaña, que está creando un estado de miedo entre los periodistas, -afirmó la APM- tiene como fin el de persuadirles de que les conviene escribir al dictado de Podemos, además de tratar de conducirlos hacia la autocensura”.

De qué extrañarse: igual que en la Venezuela chavista, en la Argentina de los Kirchner, la Nicaragua de Ortega, la Bolivia de Evo Morales y el Ecuador de Correa. Y es natural.

Podemos, sus fundadores, sus principales hombres ( Pablo Iglesias, Iñigo Errejón, Juan Carlos Monederos, Luis Alegre), sus numero uno, dos y tres, directamente o a través de la CEPS (Fundación Centro de Estudios Políticos – las fundaciones en casos son mejor “escondite” que los Panama’s papers-), han asesorado y han sido financiados por prácticamente todos los gobiernos progresistas de los nombrados países. Solo la Venezuela chavista aportó (de 2002 a 2014) más de 5 millones de dólares.

Fueron asesores directos de Chávez. Fueron maestros y también discípulos. Han volcado sus ideas y conocimientos y, al tiempo, han bebido de esas fuentes. ¿ Por qué entonces “extrañarse” de esta política y esta conducta de Podemos?

Pablo Iglesias, un producto de los medios, cuya libertad aprovechó y utilizó a gusto y gana, ha calificado de “reina“ a Cristina Kirchner, ha resaltado “la valentía” de Evo, se ha lamentado de la falta del Comandante (Chávez), y ha afirmado que la política bolivariana y “lo que ha ocurrido y está pasando en Venezuela y América Latina (gobiernos progresistas) es una referencia fundamental para los ciudadanos del sur de Europa”.
Lo que les espera si llegan al poder. Que se apronten los españoles.

Por supuesto que la gente de Iglesias se sorprendió por la denuncia y exigencia de la APM, no la aceptó, la consideró “muy desafortunada”, se “lamentaron” y estimaron “que antes deberían habérselo planteado y conversado con ellos” y ni que hablar, acusaron a los medios y a los dueños.

Igualito que sus condiscípulos, alumnos y maestros de por acá.
Y esas reacciones entre sorprendidas y doloridas, persuasivas y amenazantes, no pasan de ahí – que no es poco-, porque aún están en el llano.

Si llegan a ser gobierno aplicarán directamente el método venezolano – persecución fiscal, judicial y económica, clausuras, – el ecuatoriano ( ley mordaza) o el de los Kirchner muy similar al de hoy de Podemos, pero desde el gobierno y con total abuso del poder.

Los españoles saben de eso. Lo vivieron no hace tanto. Por eso extraña que haya tantos nostálgicos. Y en esto caso específico no nos referimos a los franquistas.



TEMAS