José Alfredo Corripio, Luis Carvajal de la Comisión Ambiental de la UASD y José Monegro, director de El DÍA. josé de león
Santo Domingo.-En un momento en el que la República Dominicana se encuentra viviendo una de las peores sequías de los últimos años y de incendios forestales, el Equipo Ambiental advirtió que el territorio dominicano pasa por una condición de constante depredación de los bosques.
Y es que, precisamente, son los bosques de montañas los que fungen como las acumuladoras naturales del agua.
“No es necesariamente que sea la peor sequía desde el punto de vista de la lluvia que cae, es que nos atrapa en uno de los peores momentos ambientales que ha vivido el país en los últimos tiempos por la condición de depredación constante de nuestros bosques de montañas que son las verdaderas presas”, expresó Nelson Bautista, de Acción Verde.
Al participar en el Almuerzo Semanal del Grupo de Comunicaciones Corripio, Luis Carvajal, de la Comisión Ambiental de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) y el Equipo Ambiental de la Academia de Ciencias, explicó que las sequías son parte del ciclo natural del clima.
Indicó que en el país se está viviendo una sequía meteorológica por la falta de lluvias y la sequía hidrológica que es la que se acumula en los cuerpos de agua, ya que las presas están deforestadas en sus cuencas altas, lo que disminuye el agua que llega a ellas porque se evapora.
“Encontramos cuencas con menos capacidad de captar y filtrar agua; la zona de condensación sobre la vegetación no existe porque esta ha sido eliminada o, peor aún, sustituida”, señaló Carvajal, quien sostuvo se están sembrando plantas que lo que hacen es utilizar el agua en lugar de regresarla al ambiente.
Áreas protegidas
De su lado, Yolanda León, del Grupo Jaragua, sostuvo que el 25 % del territorio dominicano corresponde a áreas protegidas, las cuales garantizan el agua del país y contienen especies que sólo viven allí.
Ahí surge el problema de la emisión de títulos de propiedad, por ejemplo, en Bucanyé, en Pedernales, que llevan alrededor de 15 títulos desde el 2022 hasta marzo de este año, lo que rompe los mecanismos legales.
Bautista destacó que como área protegida esos tres millones de metros de la zona no son transferibles, además de que en ese lugar no se puede hacer ninguna estructura que no sea desmontable.
Carvajal se refirió a que esto ha sido un falso asentamiento que es el mismo que se debatió en bahía de Las Águilas, que ha limitado el desarrollo del lugar porque condicionan con que se les valide la inversión.
A los miembros del Equipo Ambiental les preocupa el desinterés de las autoridades del Ministerio de Medio Ambiente, calificando de débil el accionar de estos, ya que al momento, no han anulado los títulos ni han quitado las empalizadas que rodean terrenos como el de Bucanyé.
Valle Nuevo
En tanto, Andrés Ferrer, de la Fundación Moscoso Puello, resaltó que Valle Nuevo cuenta con 910 kilómetros cuadrados y 786 sistemas de agua entre cuencas hídricas y humedales.
El parque nacional contiene las cuencas hídricas de Yaque del Norte, Yaque del Sur, río Las Cuevas, de Nizao, de Ocoa y del Yuna, por lo que millones de personas en el país dependen del agua potable que estas producen.
Además, Valle Nuevo es el segundo recurso terrestre más grande del país que sirve para irrigar dos millones de tareas agrícolas y generar 400 megavatios de energía limpia, que ahorran cerca de 10 millones de dólares al año.
En cuanto a Los Haitises, Milton Martínez, de la Comisión Ambiental, subrayó han rastreado terrenos para ubicar a unas 1,200 familias, sin lograr hasta ahora reubicar a los campesinos que ocupan las tierras, desnaturalizando su uso. El Equipo Ambiental llamó a la población a interesarse en estos temas, para proteger la biodiversidad.
Ocupaciones
— Premiar el delito
Compensar a los desalojados de áreas protegidas es una práctica que incentiva a que otros decidan ocupar parques nacionales, como pasa con algunos que luego piden se les pague lo que tienen sembrado.