
Santo Domingo.- Congresistas de diferentes partidos aprovecharon su participación en el hemiciclo o las redes sociales para despedirse utilizando emotivos mensajes o hasta solicitando las placas que llevan sus nombres.
Algunos de esos congresistas solo ocuparon la curul por 4 años, mientras que otros ya eran veteranos, con muchos períodos en la función legislativa.
Si se habla de experiencia legislativa, el diputado de Santiago, Máximo Castro Silverio, llegó al Congreso en 1986 y legisló de manera ininterrumpida durante 38 años, en la sesión del jueves se despidió con estas palabras:
“Soy un legislador de muchos años y con una carrera política extensa y desde ahora voy a administrar mi silencio, por si me ven aquí callado. En 38 años no creo que haya faltado 10 o 12 veces”, resaltó.
La también veterana diputada del Partido Reformista Social Cristiano, Lila Alburquerque, quien llegó a presidir la Cámara Baja solicitó que la placa que lleva su nombre le sea colocada en su tumba cuando muera:
“Solamente quiero que esto me lo pongan en mi tumba (la placa), que no es ahora, 104 años y después hablamos. Así que amigos eso es lo único, esto es un hasta luego ¿Y quién dijo que para siempre? La vida da vueltas y vueltas y no se detiene y uno no sabe hasta dónde va a llegar ¡Máximo no estamos muertos, estamos vivos!”, sentenció.
Otro de los que pidió permiso al presidente de la Cámara para llevarse la placa con su nombre fue el representante del PLD por Santiago, Víctor Suarez: “Pido permiso a usted (al presidente Pacheco) y al hemiciclo de que me llevaré este letrero que me acompañó en 18 años que dice Víctor Suarez de mi querida provincia Santiago y con él me llevo los momentos de alegría y en el corazón d que en cada provincia tengo un amigo o amiga con quien compartí aquí en la Cámara de Diputados”.
