
Fue un día de alegría y lágrimas en todo Israel. Familias, seres queridos y amigos esperaban nerviosos mientras Hamás comenzaba a liberar a los últimos rehenes vivos, que llevaban más de dos años cautivos en la Franja de Gaza.
Para la familia de Alon Ohel era el día 738 desde que fue tomado como rehén.
Amigos del joven amante de la música se levantaron de sus asientos, vitorearon, soplaron en shofares —cuernos tradicionales que anuncian buenas nuevas— y se abrazaron cuando vieron su imagen en una transmisión en vivo entre los siete rehenes que Hamás entregó en primer lugar al Comité Internacional de la Cruz Roja el lunes por la mañana. Otros 13 rehenes fueron liberados a mediodía, lo que llevó el número final de rehenes vivos a 20.
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“Esta es el mejor mañana de mi vida. Solo quiero abrazarlo”, afirmó su primo, Noam Rozen, de 24 años, antes de emocionarse hasta las lágrimas.



















