¿Hasta dónde nos va a llevar el morbo? ¿Hasta dónde seguiremos culpando a una muerta de su muerte? Vi la entrevista que dos hombres periodistas de televisión, le hicieron al papá de Junior Martínez, quien el lunes por la mañana mató a Yaritza Valdez Sánchez. La palabra que describe como me sentí y siento es indignación.
Es un corte noticioso de tres minutos en el cual se justifica a un asesino, se justifica un hecho que no tiene justificación, simple y sencillamente porque además de que nadie tiene el derecho de quitarle la vida a otra persona, el amor no mata.
Una noticia que fue una apología a las virtudes de un asesino de 25 años que mató a una joven de 17 porque no quería estar con él. Tenían dos meses separados y ella había decidido irse para Higüey para que el feminicida la dejara tranquila. Pero no pudo. Esa mañana él la mató y dejó a dos niños sin su madre.
– ¿Cómo era su hijo? ¿Cómo lo describe? – preguntó el periodista al padre del feminicida. Un hombre derrumbado, llorando, pero con dos micrófonos frente a su boca.
-Manso, trabajador- respondió como era de esperarse y como pudo el papá del asesino.
¿Qué otra cosa va a decir un padre de su hijo? De un hijo que tuvo la sangre fría de escribir mensajes por Facebook, despidiéndose, matar a una joven de 17 años y que provocó la orfandad de dos niños.
Pero no bien había terminado de responder el padre, luchando con las lágrimas, viene el otro reportero y le pregunta:
– ¿Entonces, él le decía que ella le había sido infiel? por eso la mató? El padre responde. Luego el otro reportero pregunta:
– ¿Él no tenía un comportamiento violento, no discutía como pareja? Este mismo reportero pregunta ¿y cómo era la relación de su hijo con usted y su familia”. Y claro, el padre a todas estas preguntas responde diciendo amores de su hijo. Normal.
En otro momento el otro periodista hace que el papá de nuevo repita que terminaron porque la víctima era supuestamente infiel” sin embargo, el padre del feminicida le responde que no tenía prueba.
Repito este párrafo con toda intención: es indignante como un corte noticioso de tres minutos, es todo un discurso para culpabilizar a una muerta de su muerte… Es una noticia donde se justifica a un asesino, se justifica un hecho que no tiene justificación, simple y sencillamente porque además de que nadie tiene el derecho de quitarle la vida a otra persona, el amor no mata.
Mientras el periodismo dominicano siga haciendo este tipo de preguntas, dándole este trato a las informaciones, millones de dominicanos seguirán pensando que si la mató “fue porque se lo buscó”.