Entomología forense

Entomología forense

Entomología forense

Wilfredo Mora

La entomología forense es la herramienta pericial que mejor ofrece apoyo técnico-científico, aportando información a la investigación criminalística sobre la data de muerte violenta, que es la que investiga el Estado.

Es un método común, que me atrevo a asegurar no es utilizado en los grandes casos criminales de nuestro país, debido a que no se ha desarrollado la formación de los forenses dominicanos como debiera. Sólo basta voltear a ver la situación que atraviesa la Residencia de Medicina Forense.

En términos conceptuales, la entomología forense es el estudio de los insectos y artrópodos en un cadáver que constituyen medios de pruebas y que sirve para datar el deceso de una persona.

Con la fauna cadavérica que se forma post-morte en el cuerpo, la entomología puede determinar la datación del suceso, la época en que ocurrieron los hechos, pero sobre todo puede confirmar o descartar si el lugar donde ha sido hallado el cadáver se corresponde o si ha sido trasladado de otro sitio.

Cuando un entomólogo encuentra piojos vivos en un cadáver puede afirmar que el mismo tiene varios días de muerte, ya que el piojo sobrevive 6 días en un cuerpo inerte. Con ello da apoyo y fiabilidad a otros medios de la datación forense y a las hipótesis criminales que se suscitan en la escena de la muerte.

Los estudios relacionados con la entomología forense de RD, sea por los medios legistas o sea material mostrado en las aulas de la residencia, tienen que ser incompletos e incorrectos, por esos mismos factores mencionados. Una prueba de ello es la falta de literatura, de publicaciones de entomología forense, papers o la existencia de un laboratorio especializado en la materia.

Toca, pues, empezar desde cero. Uno de los objetivos de la entomología forense es la determinación del intervalo post-morte (IPM), más que el tiempo de la muerte es el tiempo de la actividad de vida de los artrópodos.

La estimación de la descomposición del cuerpo se basa en el estudio de crecimiento de los insectos, particularmente los dípteros (moscas y mosquitos); en una primera fase, la secuencia de eventos de los insectos –presentada en la monografía «Entomology and Death: A Procedural Manual» (1990), se indica un modo general de actuación: determinar la fase o estado físico de descomposición en que se encuentra el cuerpo; realizar un estudio exhaustivo de los insectos que se encuentran sobre el cadáver y los recogidos debajo de él para descartar la posibilidad de que el cadáver haya sido trasladado de lugar; clasificar los especímenes recogidos tanto de los restos como de la escena del crimen lo más exactamente posible; y, en los cadáveres encontrados al aire libre, es imprescindible recolectar datos como la temperatura, pluviosidad, nubosidad, además de factores como vegetación, arbolado, desniveles del terreno, entre otros.

También es relevante tomar nota de la localización exacta de los artrópodos en el cuerpo, así como de la causa y manera de la muerte.
Ojalá este escrito no contravenga con el avance de la entomología general, que estudia los insectos que intervienen en el ciclo de transmisión de enfermedades; esta rama de la biología es altamente apreciada en las aulas de la universidad del Estado, y en el Museo de Historia Natural Profesor Eugenio de Jesús Marcano.



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