Hay informaciones que, por lo halagüeñas que resultan, bien vale la pena divulgarlas una y otra vez, hasta que el mundo se percate de que, aunque siempre se puede estar mejor, las sociedades han cambiado, en muchísimos aspectos, y que América Latina y la propia República Dominicana no son excepciones.
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Un estudio titulado “Energía Verde en América Latina”, realizado a finales del reién pasado año por el Centro de Investigación de Sherlock Communications, una afamada agencia de Relaciones Públicas de América Latina, con sede central en Sao Paulo, Brasil y oficinas en Argentina, Chile. Colombia, Costa Rica, Guatemala, Ecuador y República Dominicana, confirma que hay muchas luces al inicio, en el trayecto y al final del túnel.
Desde los años 1980, 1990 y hasta a principios de los 2000, hubo voces que clamaban por la diversificación del sistema de producción energética nacional, sin descartar propuestas sobre el uso del bagazo de caña, el alcohol, los desperdicios y, por supuesto, la vastedad energética que ofrece el astro rey, el sol, sin aparentemente encontrar eco. Las cosas han cambiado.
Hoy, a un cuarto del siglo XXI, ya en la región se puede hablar de energía verde, energía renovable, y los expertos lo están haciendo con números:
La Agencia Internacional de la Energía (AIE), asegura que “el 60% de la electricidad de América Latina se genera a partir de energías renovables, lo que la posiciona como una de las redes eléctricas más limpias del mundo”.
La información establece que países como Chile, México y Brasil están a la cabeza, y que este último, será responsable del 58% de la nueva capacidad de energía renovable de Latinoamérica para el año 2030.
República Dominicana no se ha quedado atrás. La Comisión Nacional de Energía (CNE) asegura que la capacidad instalada de energías renovables en el país asciende a 1,475.4 MW, incluyendo fuentes hidroeléctricas, eólicas, solares y de biomasa. Estos datos generan profundas emociones entre quienes han luchado por cambios y han apostado al futuro.
Si se toman al pie de la letra las palabras del director ejecutivo de la CNE, Edward Veras Díaz, quien en agosto del 2024 posteó importantes datos sobre las acciones respecto a la producción energética diversificada y limpia, no hay dudas de que se está a las puertas de nuevos modelos de convivencia social y humana y del incremento en la calidad de vida de la gente.
El funcionario aseguró que “ya se han adjudicado 2, 000 MW de generación térmica y 1,504 MW de energía renovable”, lo que, sin dudas, garantiza un sistema de producción más eficiente y competitivo.
Es esta misma institución, la Comisión Nacional de Energía (CNE) que recientemente obtuvo el primer lugar en la categoría de Descentralización en Electrificación Rural, del premio que otorga la Comisión de Integración Energética Regional (CIER), un organismo internacional del sector eléctrico en América Latina y el Caribe.
Denominado Premio CIER de Innovación “Ing. José Vicente Camargo”, el reconocimiento tiene como objetivo resaltar proyectos en las categorías de digitalización, descentralización y descarbonización desarrollados por empresas eléctricas de América Latina y el Caribe, entre otras buenas prácticas en el sector.
La CNE indica que, en el 2023 se inauguró un proyecto pionero de almacenamiento con baterías que complementa la generación solar, ayudando a estabilizar el suministro nocturno y a reducir costos operativos.
La mayoría de los países aún dependen de una matriz energética predominantemente hidroeléctrica, pero la región viene demostrando avances significativos en la diversificación de sus fuentes de energía limpia, especialmente Eólica y Solar.
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Aunque se avanza hacia el liderazgo en la transición energética mundial, expertos señalan que aún quedan importantes retos estructurales para que América Latina consolide su posición en los próximos años y si decirlo a los cuatro vientos contribuye a enfrentarlos hasta que desaparezcan, se habrá colocado un importante granito de arena.
La transición energética mundial es uno de los temas centrales de la agenda de la cumbre del G20, grupo, integrado por 19 países y la Unión Europea; que representan el 85% del producto bruto global; dos tercios de la población mundial y el 75% del comercio internacional; así como de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2025, denominada COP30, que también se llevará a cabo en Brasil. Vistas las cosas, se puede decir: “Avanzamos, Sancho. Avanzamos”.
Patricia Arache
@patriciarache