Luis González
A propósito del debate actual en la República Dominicana del Fideicomiso de Punta Catalina, el que desde mi humilde punto de vista no conducirá a nada, recomiendo enfocarnos en la solución real al problema energético.
La economía actual se sustenta como principal fuente de energía, en la explotación del petróleo, carbón, y gas natural, o sea la economía de hoy está basada en los combustibles fósiles, en depósitos de hidrocarburos que se han generado desde hace millones de años.
Y aunque todavía más del 80 % de la energía que se consume en el mundo proviene de estos combustibles tradicionales, por diversas razones, entre ellas la reducción de la contaminación ambiental, nos encaminamos a una nueva era energética, donde las llamadas energías alternativas, solar, eólica, serán la regla, no la excepción.
Será una gran revolución energética que cambiará el mundo en todos los aspectos incluso en lo político y social, será más democrática ya que personas y países no sólo consumirán, sino que producirán su propia energía.
Desde hace casi 15 años existe una ley en la República Dominicana para incentivar la producción de energías alternativas y renovables, como la eólica, solar etc., a saber, la Ley 57-07 sobre Incentivo al Desarrollo de Fuentes Renovables de Energía y sus Regímenes Especiales, con el reglamento 202-08.
En sus tres lustros de vigencia ha servido de marco para el surgimiento de varios parques eólicos y de energía solar fotovoltaica en República Dominicana. La Empresa Generadora de Eléctricidad Haina (EGE-Haina), está al frente, por mucho, de los principales parques eólicos y de energía solar en el país.
Si bien hemos avanzado, yo creo que podemos y debemos estar mejor. Por ejemplo, República Dominicana está en el mismo trayecto del sol, como decía el poeta nacional Pedro Mir, además de que cada día es más barata la producción de la energía con paneles solares.
Sigamos invirtiendo en energía solar.
Ya sea con inversión nacional, extranjera directa o con Alianzas Público-Privadas (APP), debemos plantearnos la autosuficiencia energética con las llamadas fuentes alternativas. Mire a su alrededor, casi todo cuanto le proporciona comodidad y se ha convertido en parte de su vida cotidiana, funciona gracias a energía que se obtiene de los combustibles fósiles que nosotros no poseemos, ni producimos.
Mientras estemos en la etapa de transición entre la Era de los Combustibles Fósiles y la Nueva Era Energética, que esperamos no sea muy larga, todos debemos asumir nuestra cuota de responsabilidad. Economicemos energía eléctrica, gasolina, gasoil, sembremos un árbol, salvemos un riachuelo. La clase gobernante debe dar el ejemplo.
