Los techos de las empresas, instituciones y otras estructuras más pequeñas se utilizan cada vez con más frecuencia para la instalación de paneles solares.
SANTO DOMINGO.-De España recibimos el idioma, la fe cristiana, el arroz con leche y las habichuelas con dulce, el vino, el amor por la guitarra y la energía solar fotovoltaica, esto último no de tiempos coloniales, sino de finales del siglo XX, de la mano de Carlos Janáriz.
Oriundo de Pamplona, capital de la provincia de Navarra al norte de España, llegó al país “a la ventura” para trabajar en la industria hotelera en 1994.
“En ese periodo inicial hice muy buenos ahorros, porque mi objetivo era poder traer al país la energía renovable, es algo que he visto desde niño”, comenta Janáriz.
Explica que Navarra es una de las provincias pioneras en Europa en parques eólicos, paneles solares, generación de energía a partir de paja, etc.
Sus familiares trabajan en el área y es una industria que llegó a experimentar significativos niveles de desarrollo en España cuando el mundo apenas empezaba a conocer sobre la generación energética alternativa.
Los intentos de un joven de 25 años no siempre son tomados en serio.
“Me decían que eso era muy caro, que era cosa de países ricos, que estaba loco y que esa faceta no prosperaría en el país”, afirma.
Más allá de la negativa generalizada, no existía para entonces un marco jurídico que sustentara y dirigiera la inversión, por lo que resultaba arriesgado aventurarse en un entorno no regulado.
Esfuerzo legislativo
Fue así como a partir del año 1998 se enfrascó en una campaña de concientización con el fin de procurar que se creara una ley de energías renovables.
El proyecto fue presentado al Centro Nacional de Energías Renovables de España (Cener) y fue asignado como su representante para Latinoamérica.
“La crisis bancaria de 2002 nos cayó como un balde de agua fría, parecía que no había tiempo para hacerles caso a nuestros esfuerzos, pero ya me había enamorado de esta tierra, de su sol y, por supuesto, de una mujer dominicana; mi esposa. Así que la misma crisis me dio fuerzas para redoblar la lucha”, argumenta.
A partir de 2004 logró reunirse con el presidente de entonces, Leonel Fernández. Fue contratado para hacer la ley de incentivos, pero tuvo que esperar tres años más para que finalmente fuera aprobada en el Congreso.
El momento de la aprobación es categorizado por Carlos como una “diosidencia”, ya que el barril del petróleo subió a 154 dólares, lo que motivó a los legisladores a levantar la mano, pero tan pronto fue aprobada y promulgada la Ley 57-07 de Incentivo a las Energías Renovables y Regímenes Especiales, el barril del combustible fósil cayó a 60 dólares.
Un año después, y con el objetivo de impulsar el reglamento de la ley, promovió la celebración de la Semana Internacional de Energía, donde participaron las asociaciones de empresarios, las cámaras de comercio, los ministerios, unas 200 empresas y el Presidente de la República, y se logró el reglamento.
Logros
Esto le permitió profundizar en el negocio que desde el año 1994 había estado soñando: los paneles solares, de la mano de un socio dominicano, Eugenio Fajardo, definido por Janáriz como el más adiestrado en energía solar en el Caribe.
Por el año 2004 se asociaron con una empresa de Navarra para montar una fábrica de paneles solares en terrenos del Parque Cibernético de Santo Domingo. Fue la primera en su tipo en todo el Caribe.
Pero se vieron obligados a cerrarla en 2009. Sin embargo, continuaron con Rensa, cuya familia de empleados directos anda cerca de 200 personas, con más de 350 beneficiados indirectamente.
El mercado les ha beneficiado, pues lo que antes era considerado muy caro, ha visto reducir su precio en múltiplos de veinte.
Las labores sociales de la empresa incluyen instalación de paneles sin cobrar la mano de obra en instituciones dedicadas a labores de ayuda, y educación permanente sobre la importancia de las energías renovables.
Una carta enviada a Rensa decía lo siguiente: la instalación de placas que hicimos, […] es la mejor que hemos hecho desde nuestra fundación[…] agradecemos a la empresa por el trabajo llevado a cabo sin cobrar la mano de obra. “La satisfacción es tremenda, no se paga con dinero”, opina Janáriz sobre el contenido de la misiva.
Cosas que cambiaría
“Los tapones, poder transportarte libremente hace que vivas más, eso no ocurre en Santo Domingo.
Me preocupa la inseguridad, muchísimo. En el país se han dado grandes pasos desde mi llegada en materia de institucionalidad, pero todavía nos falta mucho”, reflexiona.
Su preocupación se extiende a las mismas que tienen miles de dominicanos, que cuando cambien los gobiernos no se caigan los proyectos, que si un previo aprobó una ley el que llegue la ejecute, que se priorice el mantenimiento a la construcción de nuevas infraestructuras y que se mejoren los salarios para tener mejores niveles de consumo.
“Me gusta la gente, es el gran activo del país y por supuesto su sol”, ríe y hace recordar que: hay un país en el mundo, en el mismo trayecto del sol.
Nueva iniciativa
— Ahorro
El senador por santiago, Julio Cesar Valentín, depositó un proyecto que obligaría colocar paneles solares en las nuevas edificaciones privadas que superen los dos niveles y en las instituciones del Estado para energizar las áreas comunes.