Esta semana pasada fue de singular importancia en los mercados de capital en los cuales participa la República Dominicana.
Con pocos días de diferencia vimos al Ministerio de Hacienda (MH) y al Banco Central (BCRD) actuar como aquellas parejas de la lucha libre en el cuadrilátero, al vencer a los contrincantes con doble patadas voladoras sincronizadas.
Primero vimos al MH efectuar una colocación por unos US$2,500 millones en los mercados internacionales, en una combinación de US$1,500 millones a 30 años a una tasa del 6.492% y US$1,000 millones en un bono en moneda nacional a 7 años a una tasa del 9.75%.
La colocación fue exitosa, ya que se acertó en el momento de su colocación, evidenciado por una sobredemanda que llegó a los US$4,000 millones de parte de inversionistas potenciales.
Casi a seguidas, el BC hace una emisión especial por unos RD$14,700 con vencimiento a 2025, a una tasa de interés del 10.3%, más alta que la pactada por MH en la emisión antes citada. Esta acción le permitió al BC recuperar casi US$300 millones para incorporar a sus reservas, restando liquidez al mercado.
Pero para compensar y empujar el continuo crecimiento económico, el BC anuncia la liberación de encaje legal a los diferentes actores del sistema financiero así requeridos de mantener estas reservas, por unos RD$29,000 millones.
Con ello se establecen a tasas preferenciales, nuevas disponibilidades para las exportaciones (¿y el Bandex que?), manufactura, agropecuaria, viviendas, comercio y consumo personal.
Ciertamente han sido unos pocos días de intensos movimientos monetarios en los temas de emisiones y encaje, aprovechando circunstancias favorables de mercado por un lado y expectativas de crecimiento por el otro.
Lo que no ha quedado claro es si todo ello fue anticipado pensando en el impacto de las venideras elecciones o en algún candidato en particular. Sea usted el jurado.