En un lecho de rosas

En un lecho de rosas

En un lecho de rosas

Rafael Molina Morillo, director de El Día

¿Cómo puede sentirse una persona cuando una institución de prestigio produce un libro para dejar constancia de su paso por la vida y de su ejercicio profesional?

Yo no tenía la respuesta a esta pregunta hasta hace dos días, pero ya la tengo y voy a compartirla con mis lectores: se siente uno como en un lecho de rosas.

El sentirme así se lo debo y agradezco al Banco de Reservas de la República Dominicana, el cual, como parte de sus actividades culturales con motivo de su 73 aniversario, ha patrocinado la publicación de un hermoso libro sobre mi vida periodística y mi dedicación a la causa de la libertad de expresión.

Por ello estas líneas están llenas de sincera gratitud al Banco y su administrador general, el licenciado Enrique Ramírez Paniagua, y al ejecutor de la obra, periodista José Rafael Sosa, quien se fajó en busca de documentos, fotos y testimonios sobre mi pasado y mis aventuras en el intrincado laberinto de la labor periodística.

Extiendo esta gratitud a todos los que han contribuido a la realización de esta obra, especialmente a Miguel Guerrero, autor del prólogo; a los señores José Luis Corripio Estrada, Minerva Isa, Olivo de León, Juan Bolívar Díaz, Carmenchu Brusiloff, Cruz Gustavo Guerrero, Danilo Arbilla y Julio Muñoz, por sus testimonios recogidos en el volumen; al periodista y escritor José Báez Guerrero, por su epílogo; al director de “Diario Libre”, Adriano Miguel Tejada, por su aporte sobre importantes acontecimientos históricos; y de manera muy especial al autor del libro, Jose Rafael Sosa, por su minuciosa labor de investigación; a doña Ninón de Saleme, por haber puesto, luchando contra el reloj, lo mejor de su arte en la diagramación del libro; a la señora Luz Aida Cruz, por su consagrada labor de corrección; y en fin, a todos aquellos que por simpatía y amistad contribuyeron, en una u otra forma, a la materialización de esta obra.

La publicación de este libro me obliga a reafirmar mi compromiso para dar lo mejor de mí al servicio de la libertad de expresión, tarea que, por fortuna, no implica para mí mayores esfuerzos, sino que, por el contrario, es fuente de grandes satisfacciones.

Gracias a todos.



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