El encierro en el que estamos sometidos para contener la expansión del Covid-19 nos presenta la posibilidad de escoger entre dos escenarios: dejar que el tiempo pase, entreteniéndonos en lo que sea, ó convertir esta desgracia en una oportunidad para emprender algún proyecto de vida o negocio.
En tu caso, ¿en qué estas empleando tu tiempo en esta cuarentena?
A parte de atender lo espiritual, es útil emprender un proyecto de negocio o especializarse en lo que desee por medio a las diversas plataformas tecnológicas que ofrecen cursos gratis, ya que el tiempo no es nuestro para perderlo, debemos hacerlo productivo.
Independientemente de la opción que escojas, hay un mandamiento de Jesucristo que es trascendental para la transformación de nuestra vida y la de otros que debería ser tomado en cuenta en esta cuarentena.
Poco antes de ascender al cielo, tras su resurrección, Jesús mandó a sus discípulos a que no se fueran de Jerusalén hasta que recibieran la promesa del Padre, que era el bautismo del Espíritu Santo, sin el cual era imposible que soportaran las persecuciones y torturas que iban a padecer por causa del Evangelio.
Así que los discípulos se metieron en cuarentena. Ellos se fueron al aposento alto y «todos éstos perseveraban unánimes en oración y ruego», Hechos 1:14, hasta que fueron revestidos del Espíritu Santo, con lo cual no solo recibieron poder para predicar el Evangelio de salvación, esperanza y liberación.
Los discípulos salieron a las naciones a libertar a los que estaban presos de espíritu, hicieron muchos milagros de sanación y distintas señales, con las cuales convencieron a las naciones de que sólo en Dios y «en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos», Hechos 4:12.
Esa es la palabra debemos llevar hoy. El mundo está necesitado de esperanza y de salvación, y Jesucristo la ofrece de gratis; entonces, en vez de comprar comida como si no hubiese mañana, volando chichigua o viendo 20 películas y series de Netflix por día, es necesario que nos acerquemos a Dios y procurar ser lleno del Espíritu Santo, con el cual no solo seremos salvos, sino que también «seremos testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra». ¡No salgas de la cuarentena sin ser lleno del Espíritu Santo!