
Puerto Príncipe.- Transcurrido un año desde el asesinato del presidente haitiano Jovenel Moïse apenas hay certezas sobre la planificación, financiación y ejecución del magnicidio, que ha exacerbado la crisis que vive el país desde hace décadas.
La investigación parece estancada prácticamente desde las primeras detenciones de miembros del comando que en la madrugada del 7 de julio de 2021 asaltó la vivienda del mandatario en Puerto Príncipe, sin encontrar oposición por su cuerpo de seguridad, mientras el entorno de Moïse afirma que los responsables siguen sueltos.
Tanto la familia de Moïse como el primer ministro, Ariel Henry, han solicitado ayuda de las Naciones Unidas en la investigación del magnicidio, que sigue en punto muerto a pesar de las detenciones, allanamientos, incautaciones y demás acciones llevadas a cabo en relación con el caso.

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EFE
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