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En Los Girasoles II se quedaron en la calle por desborde de una cañada

Calle La Palmita, en los Girasoles II, luego de ser inundada por las lluvias torrenciales del pasado fin de semana.   josé de león
📷 Calle La Palmita, en los Girasoles II, luego de ser inundada por las lluvias torrenciales del pasado fin de semana. José de León

Santo Domingo.-A casi una semana de las lluvias torrenciales producidas por un disturbio tropical, los residentes de La Palmita, en Los Girasoles II, permanecen sin nada, durmiendo en el suelo, utilizando ropas prestadas y sacando el lodo que dejó la inundación.

El desborde de una cañada en el lugar produjo el derrumbe de una pared, lo que desencadenó el fatídico momento en el que más de 15 familias se vieron al borde de la muerte cuando el agua entró sin pedir permiso a sus hogares y se llevó todo a su paso, incluyendo ropas, electrodomésticos, colchones, gaveteros, alimentos, útiles escolares y hasta los vehículos.

“Cuando yo vi eso pensé que el mar se había entrado, fue algo que jamás en mi vida había visto, es algo que nunca se me va a olvidar, el agua se desbordó con maldad y en menos de un minuto, ya la tenía por la cintura, aquí nos quedamos sin nada”, expresó Peña Félix De Los Reyes.

No tienen nada
Explicó que al quedarse sin nada algunos vecinos tuvieron que darle zapato y ropa para poder vestirse, ya que no pudo recuperar nada cuando el agua bajó y destruyó lo poco que tenía en su hogar.

De los Reyes, de 50 años, quien es un padre soltero, narró que al ver que su casa se llenaba cogió su niña de seis años y la subió a sus hombros para que no se ahogara y con fuerza se dirigió a la parte trasera de su vivienda e hizo un hoyo para poder salir ileso.

Damaris Contreras, de 68 años y fundadora del sector La Palmita, sostuvo que al ver tanta agua tuvo que salir con su hija y sus dos nietos por una ventana que queda detrás de la casa para poder sobrevivir.

“Mira como estamos, todo se nos dañó, mi casa parece un play de limpia, lo que pasó, eso fue algo terrible, nunca había visto un caso así aquí”, dijo desesperada, mientras mostraba a reporteros de EL DÍA cómo habían quedado sus pertenencias.

Asimismo, exclamó: “Lo más grande es que aquí perdimos todo y nadie ha venido, nadie, ni el alcalde, ni regidor, nadie ha venido por aquí a ayudarnos, nos quedamos desamparados en La Palmita”.

Perdida de mercancías
Miguel Taveras, de 67 años, quien es un pequeño comercio, contó que los sacos de arroz y azúcar se perdieron cuando el agua volcó todo en su negocio.

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Eymi Silvestre

Periodista del área económica.

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