
Santo Domingo.-Mostrando las marcas que le han dejado las chinches en sus brazos y piernas, y con voz estropajosa por la edad, María Dolores Díaz, residente el sector La Ciénega, dice que hace mucho tiempo que las tiene en casa, a pesar de que compra insecticidas para matarlas.
“En la noche no puedo dormir”, haciendo referencia a estos insectos que infestan su hogar y que por sus picaduras no le permiten conciliar el sueño.
“Ellas se terminan por tiempo y salen de nuevo, porque se quedan en la madera y en la pared”, manifiesta Díaz, quien comparte la vivienda con cinco miembros de su familia.

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Yamer Javier
Periodista especializada en la fuente de salud. Máster en Comunicación Estratégica y Relaciones Públicas,