En honor a doña Andrea García vda. Ortiz

En honor a doña Andrea García vda. Ortiz

En honor a doña Andrea García vda. Ortiz

Arsenio Hernández Fortuna.

En la historia dominicana remota y cercana hay innumerables heroínas y héroes anónimos que aportaron mucho a la conquista de las libertades públicas y la defensa de la soberanía nacional, con su participación directa en acontecimientos relevantes o su valiosísimo apoyo a quienes arriesgaban el pellejo en otros.

Entre esas heroínas anónimas se encuentra doña Andrea García viuda Ortiz, cuya casa, en el Malecón #37, de esta capital, era un verdadero refugio para revolucionarios de todo el país, perseguidos en los doce años del régimen represivo de Joaquín Balaguer (1966-78), iniciado apenas un año después de la grosera segunda intervención militar de Estados Unidos.

Doña Andrea acaba de irse de este mundo, después de vivir unos fructíferos noventa y pico de años, siempre dispuesta a servir a los demás, en San Francisco de Macorís y Santo Domingo, especialmente aquellos comprometidos con la causa de una real democratización de la sociedad dominicana.

Esta mujer extraordinaria nunca esperó, reclamó ni insinuó que merecía algún reconocimiento. Simplemente apoyaba a todos/as con una inmensa vocación maternal, todo perseguido (y no perseguido/a, agrega Yluminada Medina Herasme) que se le acercaba era tratado como un hijo/a.

Sus hijos/as, nietos/as, biznietos/as, naturales y adoptivos, y muchos otros/as que la conocieron, la recordaremos siempre como una gran madre protectora y valiente defensora de las mejores causas y valores del pueblo dominicano. Paz a sus restos.



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