Bloomberg News.-El desempleo en la eurozona cayó a una mínima de cuatro años en diciembre, una buena noticia un tanto inesperada, al tiempo que el Banco Central Europeo consideraría elevar el estímulo monetario el próximo mes con la intención de evitar mayores amenazas deflacionarias.
La tasa de desempleo de la región cayó a un 10,4 por ciento frente al 10,5 por ciento registrado en noviembre, dijo ayer en Luxemburgo la Oficina de Estadísticas de la Unión Europea.
Ese es el nivel más bajo desde septiembre de 2011. Los analistas pronosticaron que la tasa se mantendría sin cambios, de acuerdo con la estimación media en un sondeo de Bloomberg.
Conforme el BCE se prepara para analizar sus políticas de estímulo en marzo debido a la perspectiva de deterioro de la inflación, los responsables de las políticas están instando a los gobiernos a hacer más para fortalecer sus economías y reducir el desempleo.
El mercado laboral no se ha recuperado por completo desde la recesión y las cifras de desempleo permanecen sobre el 20 por ciento en Grecia y España.
Las cifras locales que se publicaron el martes también dieron cuenta de las diferencias existentes en la zona euro.
La tasa de desempleo de Alemania cayó inesperadamente a un mínimo histórico de 6,2 por ciento en enero.
En Italia, la cifra de desempleo se mantuvo sin cambios en un 11,4 por ciento en diciembre, pero esa cifra representa una mínima de tres años.
Probablemente, los datos de la próxima semana confirmarán que la economía de las 19 naciones que conforman la eurozona creció por 11º trimestre consecutivo al finalizar 2015. Si bien el ritmo de crecimiento ha sido modesto, el desempleo está disminuyendo lentamente.
“La perspectiva del mercado laboral en pocas palabras es bastante robusta”, dijo Frederik Ducrozet, economista de Banque Pictet con sede en Ginebra. “En lo que al BCE respecta, este tendrá muy poca influencia sobre la decisión a corto plazo, según mi opinión.
Es algo que está más orientado al debate en el mediano plazo”.
Estímulo, medidas
El presidente del BCE, Mario Draghi, dijo en enero que el Consejo de Gobierno analizará sus medidas en marzo, ya que el colapso de los precios del petróleo amenaza con llevar la tasa de inflación de la región nuevamente a cero.
La inflación no ha estado cerca de la meta del banco de poco menos del 2 por ciento en casi tres años.
Al mismo tiempo, existe un riesgo de que el crecimiento económico se enfríe, lo que amenazaría las mejoras que se han registrado en el mercado laboral.
Los indicadores del ánimo europeo se debilitaron en enero en respuesta a la turbulencia de los mercados mundiales, con el PMI de Markit Economics en descenso y la medición de la confianza de la Comisión Europea en una mínima de cinco meses.
Aunque el BCE pronostica que el desempleo de la eurozona caerá a un 10,1 por ciento en 2017, desde un promedio de 10,5 por ciento este año, el lunes un miembro de la Comisión Ejecutiva, Benoit Coeure, hizo un llamado a los gobiernos a intensificar las reformas.
“Siempre hemos dejado claro que estamos facultados y dispuestos a desempeñar nuestro papel”, dijo Coeure.
“No obstante, para que la recuperación se convierta en algo estructural, y por ende para que podamos aumentar el potencial de crecimiento y reducir el desempleo estructural, la política monetaria no es suficiente”.
