No logro comprender los constantes “tira y jala” que se presentan en el seno del movimiento olímpico del país, producto de la defensa de intereses particulares y grupales, que en definitiva resultan en perjuicio de los atletas en términos generales.
No es posible que en las actuales circunstancias, se estén “matando” en los tribunales de justicia, con casos que parecían superados.
En momentos en que debe primar la paz y la armonía, se abren frentes que dejan a todos muy mal parados ante la opinión pública.
Pero esto no es nada novedoso, porque desde hace tiempo en el seno del movimiento olímpico dominicano, los intereses lo han copado por completo,porque los intereses particulares están sobre los generales.
En la actualidad, tenemos un caso que llama poderosamente la atención, y es el sometimiento, que se creía ya sepultado, al presidente del Comité, Luisín Mejía por parte de Junior Arias Noboa, quien alega que se cometieron actos ilícitos para derrocarlo de la presidencia de la Federación de Esgrima.
Este es un pleito que no redunda en beneficio del deporte, por el contrario, es una muestra más de cómo andan las cosas en un movimiento, al cual el Estado dominicano patrocina en todas sus partes.
Es tan así, que hace unos días, el ministerio de Deportes le asignó unos 97 millones de pesos para preparar a los atletas que que irán a los Juegos de Tokio, Japón 2021. Así no se puede.