Mirando el escenario que nos presenta la vida, corroboro cada vez más que en el conocimiento de la Palabra de Dios está la clave para vivir una vida abundante, próspera, en paz y con gozo. Jesús, ¨El verbo encarnado¨, se encargó de dejarnos un código de conducta que prevé todo lo necesario para el buen vivir; esto aunado a lo expresado en el antiguo testamento que certifica la deidad de Jesús, hacen el complemento para hacer de esta experiencia a la que llamamos vida un ganar ganar.
Cuando leemos el pasaje de ¨Jesús y la limosna¨ en mateo 6, constatamos el carácter de Dios y lo que a sus ojos tiene real importancia. Jesús pone hincapié en el comportamiento de la persona que da la limosna y lo hace a gran voz, y alerta acerca de que aborrece la hipocresía, traducida en el deseo de muchos de revelar a los cuatro vientos cuando hacen un bien a otro. Termina el pasaje diciendo ¨ Mas cuando tú des limosna, no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha, para que sea tu limosna en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público¨.
Es evidente que a los ojos de Dios la sinceridad de corazón y la humildad tienen un alto valor- y dentro de ese contexto Jesús expresa lo siguiente: ¨cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público. Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos. No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis¨.
De nuevo nos recalca lo prioritario que es para Él la sinceridad de corazón y la humildad de espíritu, y aún más, quiere que entendamos que Dios todo lo sabe. Es necesario que asimilemos que Dios no puede ser burlado.
En Mateo 6:19 Jesús se refiere al deseo insaciable del hombre de hacerse rico y expresa ¨No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan.
Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.
Este, particularmente es uno de los pasajes que más disfruto y agradezco; Jesús aquí nos muestra que nos alejemos de la ambición, causante de las frustraciones y del estrés, uno de los males que está haciendo que la humanidad padezca de enfermedades terminales a menor plazo y realice una serie de hechos que están desquebrajando la sociedad.
El desconocimiento aprioris de que ¨nada traemos y nada nos llevamos¨, ciega las mentes y se pasan la vida en una búsqueda constante de acumular bienes y obtener poder. Dios nos ha dado las habilidades para poder sembrar lo que necesitamos y cosechar aún más de lo deseado, pero todo en el Orden Divino.
El error de muchos, es querer obtener los bienes y sitiales en el menor tiempo posible pero sin tener en cuenta al que ordenó los cielos y la tierra y ha decretado sus leyes y preceptos con autoridad, por lo que el final de tales, escrito está.
Vivir a la manera de Dios es como estar sentado sobre una piedra en medio de un bosque tropical, donde los rayos del sol hacen su aparición oportuna, los pajarillos nos dan el mejor de los conciertos y las aguas cristalinas refrescan nuestros pies. ¡Gracias Dios por eso !