¿En dónde estriba el problema?

¿En dónde estriba el problema?

¿En dónde estriba el problema?

Mayra de Peña

Conversando en torno a cómo anda la vida, -una plática muy recurrente, dada las circunstancias imperantes en nuestro país-, pareciera que todo anda al revés en nuestra sociedad,  esto en torno a los valores morales y éticos, -me circunscribo a la nuestra  porque es la que nos toca-aunque a niveles globales el escenario es superado.

Si nos referimos a la problemática de  género, ni que hablar…parece una epidemia, si nos avocamos a la música, sabemos que debemos adecuarnos a los tiempos, pero la calidad en lo referente a letra y música ha decrecido bastante, si puntualizamos el entorno familiar, lamento decirles que vamos cuesta abajo y no se ve el fondo, pues  está primando mis proyectos personales-esto en lo tocante a las cabezas de hogar- y el tiempo que le dedicamos a los hijos queda en un segundo o tercer plano, más bien si tengo la posibilidad económica le compro de todo para acallar mi falta de responsabilidad y tranquilos y felices todos…entonces que es lo que nos está pasando?

Particularmente creo que el ser humano está sufriendo las consecuencias de su vacío existencial, y es que a pesar de que quiere dársela de autosuficiente esto no le está funcionando, vive como quiere, hace lo que desea, sin tomar en cuenta si esto daña o no y aún así no se percibe feliz y esto es un ente multiplicador, conllevando a un caos moral y existencial que está generando consecuencias nefastas para nuestra sociedad.

Soy reiterativa en torno a que el problema estriba en que el ser humano le ha dado la espalda a Dios,  aunque en sus adentros sabe que lo necesita. Debemos volvernos a nuestro creador, conversar con Él,  Orar es hablar con Dios y la comunicación es de doble vía, en ella interviene un emisor y un receptor, por lo tanto, cuando hablamos con Dios El nos escucha e interactúa con nosotros..

La falta de pasión por la vida de oración está haciendo grandes estragos en la humanidad.  Las 24 horas del día no nos alcanza en nuestra agitada forma de vivir y por tanto el alma no se alimenta, pues al no tener tiempo de hablar con Dios la comunicación se pierde. -tu hablas y Dios escucha, El responde y tu le  oyes -y créanme que ese pasaje bíblico que dice ¨Al que tiene se le dará más y al que no tiene, aún lo poco que tiene le será quitado ¨tiene una gran connotación espiritual.

La Biblia habla mucho del valor y la esencia de la oración y nos muestra lo que tiene prioridad ante los ojos de Dios:

En efesios 3:16 nos dice: “Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor “.Es a través de la oración que podemos interactuar con Dios.

“Dime como oras y te diré quién eres” Le pedimos prosperidad, trabajo, salud etc. Pocas veces intercedemos por nuestra nación, por la juventud confundida y falta de amor o pedimos de corazón crecimiento espiritual, revelación de lo alto para entender su voluntad, compasión por las almas que se pierden, dones espirituales para evangelizar con cobertura espiritual, etc.

La manera de interactuar con Dios  define nuestra madurez como cristianos y qué tipo de hijos somos. Pablo nos declara  la importancia que reviste  para nuestro crecimiento espiritual el pedir ser fortalecidos con poder en nuestro Yo interior.

El hombre o la mujer de oración habla por sí sola, de su interior corren ríos de agua viva y es un ser humano que está lleno de experiencias y vivencias personales con su creador, constituyéndose en un valor agregado para la debilitada sociedad que hoy impera..



Mayra De Peña

Lic. en Contabilidad, egresada de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), graduada de Periodista, en el Instituto Dominicano de Periodismo (IDP). Locutora, con un Diplomado en Comercio Exterior, y Diplomado en Política Estratégica. He desempeñado diversas funciones dentro del sector Privado y Gubernamental. Hija de Dios y amante de la naturaleza. Creo en vivir a plenitud de manera equilibrada y en lo significativo de quererse y valorarse como individuo. Soy una feliz madre de tres hermosas hijas, creo en el matrimonio, en la institución familiar y en la importancia de predicar con el ejemplo. Amo escribir y con ello transmitir mi sentir y sobre todo tengo en alto estima alimentar el espíritu, pues de él mana la vida.

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