En tiempos convulsos el ser humano tiende a mirar y a volver a los ritos y las tradiciones como sostén para el presente. En un mundo amenazado por la violencia, la Navidad invita a buscar el camino de la paz como triunfo de la humanidad.
A propósito de las costumbres y tradiciones, con motivo del 200 aniversario de la canción “Noche de paz” circuló en las redes sociales un video con un fragmento que narra la histórica “tregua de Navidad”.
El video describe un escenario de la Primera Guerra Mundial.
En las trincheras donde se enfrentaban cuerpo a cuerpo soldados alemanes e ingleses, en una noche fría del 24 diciembre de 1914, en una atmósfera rodeada por el pavor y el sigilo asociados al conflicto, de repente, el bando alemán empieza a tararear “Noche de paz” en su idioma.
Poco a poco la melodía fue contagiando a todos los soldados enfrentados en el triste campo de batalla, quienes entonaron a coro, en su propio lenguaje, la legendaria melodía que trascendió las barreras idiomáticas y el odio que impone la guerra.
Por una noche, en el corazón de los soldados que entonaron “Noche de paz”, se obró un milagro que dio sus frutos al amanecer. En vez de ametrallar al contrincante, se ofrecieron apretones de manos, obsequios y jugaron unidos un partido de fútbol.
Se regalaron mutuamente lo más anhelado en los contendientes que participan en la barbarie de la guerra: la paz.
Ese es el milagro de la Navidad: el triunfo de la paz. Jesús nos trae la paz. Su nacimiento reafirma en los seres humanos la esencia de Dios y de bien que todos tenemos.
El camino de Jesús es la paz y ese es su don para los seres humanos desde hace más de dos mil años y lo que nos ofrece cada 25 de diciembre.
En cada ser humano existe la tendencia a estar en guerra constante consigo mismo o con los demás. Tenemos la opción del conflicto o la maldad, pero también la apuesta por la paz y la bondad.
Esta última posibilidad es la huella de Jesús en la historia humana: la paz que da la compasión, la solidaridad y el amor al prójimo.
Ese es el gran potencial de los seres humanos: en cada circunstancia, en toda situación, podemos obrar el gran milagro de hacer triunfar la paz y ser siempre Navidad.