Está de moda emprender. Muchos de nuestros jóvenes, y aquellos de juventud acumulada, sueñan con implementar su propio proyecto.
Lo que leemos o vemos en los diferentes medios de comunicación es una continua referencia al mismo tema. Una cantidad importante de personas piensa que pueden alcanzar el éxito si deciden crear e impulsar un proyecto que genere impacto en la vida de miles de personas.
A mi entender, uno de los caminos que permite alcanzar dicha meta es el educativo. Emprender un proyecto educativo debe ser una de las labores más nobles y trascendentes.
Sin embargo, ¿cómo se puede hacer eso en la era en que vivimos, de grandes transformaciones digitales?
Las plataformas tecnológicas nos permiten digitalizar el proceso educativo en todas sus vertientes y dimensiones.
En primer lugar, nos ayuda a modernizar y agilizar el proceso de gestión académica. Existen softwares que nos ayudan en el proceso de mercadeo, inscripción, registro y control de procesos administrativos y educativos de las instituciones que brindan el servicio.
Hay un amplio catálogo de productos, como por ejemplo ClassDojo, cuya plataforma permite generar una comunidad educativa que comparte fotos, video y experiencias educativas entre profesores y familiares de los niños, niñas y jóvenes.
En segundo lugar, están las plataformas de enseñanza que nos ayudan a digitalizar el espacio y el tiempo del proceso de aprendizaje. No sólo hablamos de los famosos sistemas de aprendizaje en línea, también nos referimos al número creciente de elearningplatforms dedicados a la enseñanza de diferentes temas, de forma sincrónica, por demanda o asincrónica.
Por último, hay muchas herramientas complementarias que van desde creadores y administradores de exámenes hasta sistemas de videoconferencia aplicadas a la educación.
En fin, en nuestro país necesitamos un nuevo impulso en el emprendimiento digital enfocado a educación. Tenemos buenas ideas. ¡Ejecutemos!