Según su definición, el innovador es una persona capaz de generar una idea, tener un pensamiento que aporta, como indica el adjetivo, algo nuevo, una manera novedosa de hacer o plantear las cosas.

El término emprendedor, del francés “entrepreneur”, es usado para referirse a un individuo que organiza y opera una o varias empresas, asumiendo cierto riesgo financiero en el emprendimiento realizando acciones innovadoras, difíciles o arduas.

El desarrollo de un país no depende solo de la redistribución del gasto público, de las grandes obras de infraestructura o de la provisión de servicios básicos, los cuales son más bien requisitos para la sobrevivencia de una sociedad, pero no necesariamente para su progreso.

El progreso, como ha sido determinado múltiples veces, depende en realidad del nivel de educación de los pueblos y de su capacidad de producir cambios que afecten positivamente la calidad de vida de sus conciudadanos.

Por todo lo anterior y en especial la conjugación de la innovación y el emprendurismo, recordemos la iniciativa de la Asociación Nacional de Jóvenes Empresarios, Anje, de celebrar anualmente una actividad denominada Premio Nacional Anje –Innovadores de América, República Dominicana.

Como en la ocasión de su primera premiacion dijera la entonces presidenta de Anje, reconocer la importancia del talento joven, en especial a las personas que desafiando obstáculos dan formas a ideas innovadoras y que su objetivo sea poner en la palestra el tema de la relación entre innovación y el desarrollo sostenible. Iniciativas como esta enaltecen esa organización empresarial.

En nuestro país, donde se dedican tan pocos recursos a la investigación y desarrollo de ideas innovadoras, el que la sociedad valorice a esos que desafían obstáculos en base a la creatividad y el talento, constituye un gran aliciente de un futuro más promisorio para nuestros conciudadanos.

Sigamos con estas premiaciones que son un reconocimiento y estímulo a las acciones que permiten un país avanzar en el sendero del progreso.