El libro ‘Cómo cambiar el mundo: los emprendedores sociales y el poder de las nuevas ideas’ escrito por el periodista, David Bornstein, es una obra muy interesante, digna de ser ponderada; sin rodeo, sumerge en la esencia de su contenido, destacando los beneficios que aportan los emprendedores sociales, enseñando el camino a seguir y los pasos a dar, rumbo al desarrollo de la sociedad.
La obra, pone a pensar en el perfil de muchos dominicanos, emprendedores, que de una u otra forma se lanzan por sí solos a hacer realidad sus anhelos, a desarrollar sus dones y potencialidades, pero no sólo en lo social sino también en lo económico, político, cultural y hasta religioso; personas que, si lograran el apoyo del Estado o del sector privado, con más rapidez, fueran triunfadores, dignos de destacarse e imitarse.
Los tenemos en acción, otros en proceso, otros sueñan. Cada emprendedor es una institución en la comunidad.
Tal como dijo Nelson Mandela, la obra de Bornstein, es un “libro maravillosamente esperanzador e iluminador”, “las historias de estos emprendedores inspirarán y animarán a mucha gente a construir un mundo mejor”.
¿Qué significa ser emprendedor? Es alguien que, a partir de una idea innovada, tiene la capacidad de descubrir algún tipo de oportunidad para desarrollar un proyecto; organiza los recursos para ponerlo en marcha; por sus propios medios, saca adelante aquello en que cree apasionadamente; busca la manera de materializarlo, asumiendo los riesgos y consecuencias.
Son individuos creativos, con iniciativa, perseverantes, caen y se levantan con una motivación inquebrantable; con sus actitudes y acciones, cuestionan el statu quo; son necesarios para impulsar la sociedad a resolver sus males sociales.
Los más exitosos son confiados, optimistas, disciplinados, aprovechan las oportunidades, no se rinden y comienzan por sí mismos.
Generalmente, tienen el plan claro, identifican bien el cliente, analizan la competencia y con firmeza y coraje, se lanzan tras el objetivo.
Martin Luther King dijo que “la verdadera compasión consiste en algo más que arrojar una moneda a un mendigo; llega a considerar que un edificio que produce mendigos necesita una reforma”; pone a cuestionar las estructuras de dádivas e invita a apoyar los emprendedores.
En todas las provincias de nuestro país necesitamos que los gobernadores, síndicos y sociedad civil, estén atentos a los emprendedores para ayudarlos a desarrollar sus potencialidades en escuelas vocacionales o facilitándoles recursos, para que ejecuten sus proyectos en beneficio de la comunidad y sirviéndole de modelo. Viene a mi memoria el programa de TV ‘Los emprendedores’ de David Collado; excelente iniciativa y aportes, donde los promueve y destaca su valía.
Tenemos personas emprendedoras en todos los sectores, que reciben algún tipo de facilidad, pero hay otras, donde no llega. No puedo dejar de mencionar un emprendedor, muy humilde, que tenemos en Villa Trina, Moca; se dedica a hacer mecedoras de calidad, hermosas, económicas, súper cómodas, que deberían estar usándose en toda la nación y exportándose, pero trabaja prácticamente solo, acorde a sus posibilidades.