La Cuarta Revolución Industrial, basada en la Revolución Digital, con las nuevas formas en que la tecnología se integra en las sociedades, implica la revisión y actualización de propuestas formativas ajustadas a los mercados laborales y a sus desafíos.
Apostar por nuevos y mejores empleos que permitan lograr el Objetivo 8 de trabajo decente y crecimiento económico, supone una empleabilidad sostenible en la nueva economía tecnologizada en la que triunfan la competitividad, la innovación, la creatividad y la excelencia en la producción de bienes y servicios.
A tono con esos retos de la Cuarta Revolución Industrial y sus repercusiones, hay que impulsar un modelo pedagógico, que, como el finlandés, se oriente a contribuir al desarrollo económico y social del país mediante la prestación de servicios de formación y apoyo a la productividad.
Fortalecer la empleabilidad en estos tiempos implica promover la autonomía del participante en cualquier proceso formativo, del docente, personalización, aprendizaje activo y centrado en la persona, así como su vinculación con el entorno laboral.
Asimismo, la empleabilidad del mundo de hoy y del futuro impone un enfoque por competencia centrado en los resultados del aprendizaje con un diseño curricular basado en competencias que aporta cualificaciones de base amplia y que promueve la flexibilidad de los planes formativos a partir de la personalización, así como la renovación de las metodologías de enseñanza y aprendizaje, la actualización en función del nuevo perfil que se demanda y un acompañamiento continuo en la gestión de los procesos de aprendizaje.
De igual forma, en la educación, a todos los niveles, pero sobre todo en el ámbito universitario, si queremos asegurar empleabilidad, es necesaria la renovación del diseño curricular, la reestructuración e innovación del programa de formación, el aprendizaje activo, la habilitación digital para el docente, la creación de ambientes innovadores y la evaluación como elemento indispensable en la calidad de la formación técnico profesional, entre otros.
Impulsar conocimientos pertinentes siempre ha sido una necesidad de las sociedades que avanzan y se desarrollan. Como dice Leo Buscaglia, el cambio es siempre el resultado final de todo verdadero aprendizaje.