Embarazos en adolescentes: un drama que sigue en aumento en RD

Embarazos en adolescentes: un drama que sigue en aumento en RD

Embarazos en adolescentes: un drama que sigue en aumento en RD

SANTO DOMINGO.- “Tú sabe’, me enamoré de un muchacho y na’, salí embarazada sin andarlo buscando”, lo dice con una media sonrisa que se entremezcla con la vergüenza y la expresión de quien hizo una travesura.

Carla tiene 14 años de edad, una larga cabellera negra del color de sus ojos grandes y vidriosos, su rostro luce fatigado, como quien lleva sobre sí extensas horas de trabajo forzoso. Carga entre sus delgados brazos a su bebé de pocos días de nacido y de apenas cuatro libras. A su edad debería estar cursando el último año de primaria, pero no, abandonó los estudios cuando entró al segundo trimestre de embarazo.

Lamentablemente, el caso de Carla no es aislado. Ella forma parte de las miles de niñas que anualmente salen embarazadas a temprana edad, viéndose en la obligación de abandonar la escuela y con esto ver esfumarse la oportunidad de hacerse de una carrera profesional y lograr un buen empleo en el futuro.

República Dominicana encabeza las listas de la región en uniones tempranas y embarazos en la adolescencia, cuyas consecuencias son abandono escolar, mortalidad materna y mayor pobreza, condiciones que se perpetúan en las generaciones siguientes.

Por cada mil nacimientos registrados en República Dominicana, 94,3 son de madres de entre 15 y 19 años, más del doble de la tasa mundial de embarazos en adolescentes (42), según el Banco Mundial.

De acuerdo al estudio “Embarazos en adolescentes en República Dominicana, publicado por la Oficina Nacional de Estadística, durante el año 2022 del total de nacimientos ocurridos y registrados, un total de 7,588 corresponden a madres menores de 18 años, y 1,708 a madres de 15 años o menos.

“Las niñas que quedan embarazadas antes de los 18 años rara vez pueden ejercer sus derechos a la educación, la salud, la protección y un nivel de vida adecuado. Pierden su niñez, asumen obligaciones de adultas y no siempre disfrutan de todos sus beneficios”, afirmó Carlos Carrera, representante de UNICEF.

Lo cierto es que a medida que aumenta el índice de riqueza y el nivel educativo, la tasa de fecundidad en adolescentes disminuye;  de las menores con nivel de estudios primarios, 162  salieron embarazadas, en el nivel secundario 81 y en el nivel universitario 33.

Asimismo, según la zona de residencia, la rural refleja un mayor desafío que la urbana.

Una de las características de la maternidad adolescente es la marcada diferencia de edad de esta con el padre de la criatura. En general, esta diferencia de edad supera los 10 años, aunque se observan casos donde esta diferencia es de hasta 30 años y más. Esto coloca a las adolescentes en mayores riesgos.

Según datos de la encuesta ENHOGAR, el 38.7% de las adolescentes entre 15 y 19 años actualmente casadas o unidas no usa ningún método anticonceptivo, lo que las hace estar expuestas a un embarazo a destiempo o incluso a enfermedades por transmisión sexual.

Cantidad de embarazos en adolescentes por provincia

De acuerdo al estudio de la ONE, durante el año 2022 la provincia Elías Piña (285), por su densidad poblacional, es la de mayor incidencia de embarazo en adolescentes con respecto al total de embarazos registrados, seguido de las provincias Peravia (661), María Trinidad Sánchez (390), Pedernales (227) y San Juan (983), que también presentan altos porcentajes.

 

Es importante resaltar que a nivel absoluto el mayor número de embarazos se contabilizan en Santo Domingo (5,359) y en el Distrito Nacional (2,876).

Falta educación sexual en adolescentes, parte del problema

Emelinda Padilla, especialista en Educación, investigadora y consultora educativa, indicó que en el sistema educativo dominicano hay una falencia porque no se está educando a las niñas en temas de educación sexual.

“Muchos padres y docentes piensan que si yo trabajo esos temas estoy incentivando a las niñas a que comiencen su vida sexual activa y no es así, con esto lo que se hace es enseñarles a prevenir y a cuidarse”, apuntó la especialista.

“Por ese desconocimiento ellos se llevan de las modas, de los bailes, las canciones que están muy erotizados, esto los incentiva, los excita y ellos están en un proceso de exploración de su sexualidad, y responden instintivamente a esos estímulos”, advierte la consultora educativa.

Padilla explicó que cuando las adolescentes se embarazan tienden, en su mayoría, a abandonar los estudios por la presión social y de grupo.

“Aunque la escuela tiene prohibido sacarlas, ellas se van por la tanta  presión social que reciben porque es una doble moral: yo no te puedo botar pero te sugiero que te cambies a la tanda nocturna, cuando esa tanda es para adultos y, el que la adolescente esté embarazada no significa que la convierta en adulto, tu sigue siendo una niña embarazada”, sostuvo la experta.

A juicio de Emelinda Padilla, la motivación por parte de la familia y los actores del sistema educativo hacía la adolescente embarazada es fundamental para que no haya deserción escolar.

“La adolescente en esa etapa se ve sin futuro y ya todo lo que era su proyecto de vida, sus sueños, esas cosas que soñaron en algún momento se ven tronchadas porque tienen que enfrentarse al mundo de la productividad, aquí se deja de lado lo que es la preparación  y cuando tú no te preparas la calidad de los trabajos que vas a conseguir en un fututo es mala, porque a ti lo que te toca es trabajar en una banca o limpiando”.

Padilla concluye que el embarazo en la adolescencia es una bola de nieve que va creciendo y obviamente en lo académico repercute porque: o la jovencita deserta o está ahí pero no aprende porque no se está sintiendo bien. Se sientes excluida y maltratada. Y en educación no se es efectivo sino se es afectivo.

Riesgos para la madre adolescente

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la adolescencia es el período en la vida de una persona que comprende entre los 10 y los 19 años. En algunos casos la adolescencia se ve interrumpida cuando la joven queda embarazada. Y es que, una de cada cinco mujeres (20%) en el mundo ya tiene un hijo antes de los 18 años y cada año se producen 16 millones de nacimientos de mamás adolescentes. En las regiones más pobres del planeta  una de cada tres mujeres son madres en la adolescencia.

Según los expertos, la edad más apropiada para ser madre es entre los 20 y los 35 años, ya que el riesgo para la salud de la madre y el niño es mucho menor.

 

El embarazo en la adolescencia se considera de alto riesgo y conlleva más complicaciones, la adolescente no está preparada ni física ni mentalmente para tener un bebé y asumir la responsabilidad de la maternidad, señala la doctora Lilian Guerrero, ginecobstetra, médico del Departamento de Adolescentes de la Maternidad nuestra señora de la Altagracia.

La doctora indica que las adolescentes que se quedan embarazadas presentan en muchos casos cuadros de mala nutrición, con carencia de nutrientes esenciales para el buen desarrollo del bebé, un mayor número de abortos espontáneos.

Además, partos prematuros, hay un gran número de bebés de adolescentes que nacen antes de la semana 37 de gestación. Sus bebés tienen un peso bajo ya que la inmadurez de su cuerpo hace que su útero no se haya desarrollado completamente.

En los casos de embarazos de niñas de menos de 15 años, el bebé tiene más posibilidades de nacer con malformaciones.

Uniones tempranas 

República Dominicana es el país donde las mujeres se casan o se unen más temprano en América Latina. 

De acuerdo a la Encuesta Nacional de Salud (Endesa) el 37% de las mujeres dominicanas se casan antes de cumplir los 18 años y el 12% antes de los 15.

En este país la edad legal para un matrimonio o unión para las mujeres es de 18 años, sin embargo si uno de los padres da el consentimiento se permite a los 15, y en la mayoría de los casos estas uniones son con hombres mayores.

Recomendaciones

Los especialistas consultados coinciden en que pese a los esfuerzos que por años han hecho las autoridades para frenar este flagelo, este sigue en aumento, lo que atribuyen a la falta de educación sexual en las escuelas y en los hogares.

Recomiendan llevar educación sexual a las escuelas, primero para que se prevengan los embarazos, pero ya cuando lo estén haya un abordaje diferente, más empático  en el grupo de sus iguales y de adultos que rodea esa adolescente.

Probamente, de haber recibido las recomendaciones citadas por los expertos sobre la educación sexual, Carla no fuera parte de las alarmantes estadísticas de las adolescentes que se convierten en madre en República Dominicana.

Afortunadamente, ella recibió el apoyo de su familia y hoy trata de labrar su propio camino junto a su bebé.

*Los datos utilizados en este trabajo fueron tomados de la página web de la ONE*

 



Awilda Cuello

Periodista dominicana, con experiencia en prensa escrita y digital.