Eliminar ministerios y Congreso (parte II)

Eliminar ministerios y Congreso (parte II)

Eliminar ministerios y Congreso (parte II)

Dunia De Windt

Para continuar con mi pasado artículo sobre “Eliminar ministerios y comisiones” hace falta agregar algunos detalles más para ser preciso con el tema en cuestión.

El Gobierno dominicano, como ya sabemos, ahorraría varios millones de pesos si suprime las siguientes instituciones de nula actividad, excepto para anidar corrupción y malgastar sueldos: Corde, Inespre, por cierto, ¿cuáles precios regula el Inespre si aquí cada quien especula?; Idecoop, Ministerio de la Mujer, ¿qué hace este ministerio en favor de la mujer y cómo se justifica el sueldo de Alejandrina Germán y demás empleados?; Ministerio de la Juventud, salvo para celebrar el Día de la Juventud en enero jamás escuchamos nada de esta institución, es otra nómina de miles de pesos tirados a la basura.

En ese sentido, explíquenme, ¿qué hace el Ministerio de Administración Pública?, según su misión es “garantizar la profesionalización de las instituciones del Estado y elevar los niveles de los servicios públicos”, pregunto, ¿para eso hay que crear un ministerio, tener una extensa nómina que pagamos todos? Ese ministerio podría fácilmente estar direccionado por el Ministerio Administrativo de la Presidencia.

Con relación al Congreso, urge reformar y cambiar el sistema legislativo de este país para no continuar en la senda del “hombre del maletín”, “barrilito” y demás concesiones graciosas que estos dichosos “representantes” de la sociedad ingresan en sus cuentas bancarias cada mes de una manera tan alegre.

De acuerdo con un estudio del sociólogo y profesor Antinoe Fiallo, con relación a estos temas, sería interesante y necesario: suprimir el Senado y conformar una sola “Asamblea Nacional y Popular” de diputados escogidos en un proceso participativo. Además, no otorgar ningún privilegio a diputados, sin dietas, ni ayudas a ONG, exoneraciones, ejercicios laborales y/o profesionales asociados a procesos de enriquecimiento y a partir de un salario de ciudadanía debiendo establecerse calendarios de trabajo en las comunidades de origen y presencia en la Asamblea.

También, todo integrante de la Asamblea Nacional y Popular estará sujeto a rendición de cuentas trimestral y a iniciativa de revocación de mandato por la comunidad correspondiente en cualquier momento de su ejercicio sin que se reconozca inmunidad alguna para su condición ni tampoco jurisdicción privilegiada, etc.

Lo descrito es solo una mínima muestra de cambios a ejercer, sin mencionar el Poder Judicial y Ejecutivo. Necesitamos una transformación en el aparato gubernamental y político de este país.

Suprimir tantas botellas del Estado servirá para un ahorro real del gasto público. Además, quedarse callado frente a tantos casos gravísimos de corrupción gubernamental es amparar y promover la mala práctica en un gobierno que se jacta de “transparencia”.



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