Toda reforma social o legislativa amerita un punto de inflexión en la evolución de una sociedad. Si se intenta temprano no llama la atención, si se busca en medio de una grave crisis es tardía.
Este es el mejor momento para madurar una revisión profunda del marco legal y económico de las elecciones y la naturaleza de los partidos políticos.
PUCMM y el Centro Juan XXIII asumió la vanguardia la semana pasada de iniciar un debate que permita construir un nuevo marco legal a ambas instancias sociales.
Es el momento oportuno antes de que nos enfrentemos a una grave crisis. Es sintónico además con los procesos que ocurren en América Latina.
Las elecciones deben ser más transparentes y técnicamente más avanzadas que las actuales. Dando oportunidad a nuevas formas de participación y vinculando el voto con cada posición elegible.
Controlando el gasto y la publicidad. Los partidos políticos dominicanos ameritan de una reforma en sus estructuras, grandes y pequeños adolecen de un autoritarismo que frena el relevo generacional. Su financiamiento debe ser accesible a todo interesado y regular el origen y monto de los aportes privados.
Las primarias deben ser obligatorias para el liderazgo partidario y necesarias al año siguiente de cada elección. Todo partido debe tener su membresía definida y consagrar sus derechos en la participación. Las oportunidades a postularses deben trascender el aporte monetario.