Elecciones estadounidenses: la compleja batalla por la Casa Blanca en medio de la pandemia

Elecciones estadounidenses: la compleja batalla por la Casa Blanca en medio de la pandemia

Elecciones estadounidenses: la compleja batalla por la Casa Blanca en medio de la pandemia

Este martes se celebran las elecciones presidenciales en Estados Unidos, donde se enfrentan para llegar o permanecer en la Casa Blanca: Donald Trump por el Partido Republicano y Joe Biden por el Partido Demócrata. Como sabemos serán unas elecciones muy reñidas y a su vez complejas. La mayoría de las encuestas apuntan una eventual victoria de Biden, aunque con muy poco margen de diferencia en algunas zonas claves.

Aunque vemos que muchos sectores aseguran la victoria de Biden, se hace preciso recordar que en política y específicamente en los procesos electorales no hay nada 100% asegurado, como ejemplo tenemos el caso de las pasadas elecciones en Estados Unidos del 2016, donde las últimas encuestas apuntaban a Hillary Clinton como ganadora y al final resultó electo Donald Trump.

Si seguimos en esa línea podemos resaltar otras experiencias internacionales con resultados sorpresivos y muy distintos a los que pronosticaban las encuestas y los expertos en su momento: como el Brexit en Reunido Unido en junio del 2016. También en octubre de ese mismo año podemos citar el plebiscito convocado por el Gobierno colombiano para refrendar el acuerdo con las FARC.

Reconocemos que el sistema electoral en Estados Unidos es un poco complejo para adelantarse a definir un ganador. De lo que si estamos seguro es que son unas elecciones muy peculiares en la historia del país por varias razones: Serán unos comicios celebrados en medio de la pandemia de la Covid-19. Aunque ya otros países de América han vivido la experiencia, tal es el caso de nuestra República Dominicana que se convirtió en el primer país en celebrar unas elecciones presidenciales, le sigue Bolivia quien lo hizo recientemente.

Otra peculiaridad de estos comicios es que cuenta con el ingrediente adicional de que el voto latino adquiere una mayor fuerza a nivel de crecimiento, tanto así que podría definir las elecciones, su protagonismo se sustenta con los 32 millones de latinos que pueden ejercer el derecho al voto este martes.

Destacamos también la importancia que ha adquirido el voto por correo, que ha sido definida como una modalidad más segura de cara a evitar contagios de coronavirus, tanto así que a día de hoy ya han anticipado su voto más de 90 millones de estadounidenses, (casi la mitad de los habilitados para votar), lo que nos indica que el resultado de la votación pudiera retrasarse más de lo normal.

La citada modalidad del voto por correo desde ya está causando estragos, e incluso podría desencadenar en un conflicto civil o en reclamos legales, eso si prestamos atención a las últimas declaraciones de Donald Trump sobre el tema, en los que da a entender sin ninguna prueba que a través del correo se puede producir un “fraude electoral” y que no reconocería los resultados.

Lo que muchos no saben es que esas declaraciones de Trump sobre el voto por correo tienen su origen en algunos análisis que confirman que una gran parte de los votantes demócratas han optado por la modalidad del voto no presencial, es decir que al candidato republicano no le favorece el voto por correo, ya que gran parte de sus votantes no le teme al contagio, incluso son negacionistas del coronavirus y han decidido votar de forma presencial.

En ese orden, otro dato interesante es que a pesar de la situación sanitaria que vive Estados Unidos con unos 94 mil contagios diarios, se espera una participación electoral record en la historia.

Aunque temas como la discriminación racial han pasado a formar parte esencial en la agenda de la campaña. En estas elecciones estadounidenses están en juego dos de los temas que más preocupan a la humanidad, primero el control de la pandemia del Covid-19 y segundo la reconstrucción de la economía estadounidense de la que dependen otros países.

Para ir finalizando, volviendo al tema de las comparaciones históricas, aunque Trump resultó ganador en el año 2016 a pesar de no ser el favorito de las encuestas, en esta ocasión tampoco lo es, pero la gran diferencia radica en que la situación actual no es la misma de hace cuatro años y la mala gestión del Covid-19 que ha dejado como resultado más de 200 mil muertos en el país, la quiebra de la economía con la pérdida de millones de empleos, las protestas contra la violencia racial, la política migratoria que se ha agravado, las mentiras, los ataques a la prensa, los acuerdos comerciales, entre otros temas que podrían pasar factura negativa al actual presidente.

Ahora bien, la gran incógnita es esta: ¿el voto oculto y el de las/los indecisos volverá a beneficiar a Trump? Por los elementos antes planteados pensamos que en esta ocasión no será así. Aunque Biden no es un candidato que despierte especial carisma y pasión entre la población, las/los estadounidenses votaran en contra de Trump y como no hay otra opción política, pues evidentemente el candidato demócrata podría ser el próximo presidente si las/los ciudadanos optan por el voto de castigo. Pero esto es solo una predicción personal, ya que la respuesta verdadera estará en las urnas, solo nos queda esperar.