El oficialista Santiago Peña lidera con una amplia ventaja la carrera por la presidencia de Paraguay, según los resultados preliminares.
Con casi el 50% de los votos procesados, Peña, del conservador Partido Colorado, suma el 45,1% de los apoyos por el 28% de Efraín Alegre, que lidera una coalición de centro y de izquierda.
El gobernante Partido Colorado, que considera ya la ventaja como «irreversible», lleva más de 70 años gobernando de forma casi ininterrumpida y si los resultados se confirman, Peña dará continuidad a la hegemonía de los conservadores a pesar de los conflictos internos y las denuncias de corrupción.
En Paraguay las elecciones se definen en una sola vuelta, el voto es obligatorio y la reelección no está permitida, por lo que el actual presidente, Mario Abdo, no pudo optar a un nuevo mandato de cinco años.
En Asunción y las ciudades más pobladas del país se observaron largas filas deelectores y observadores internacionales destacaron la «alta participación continua todo el día».
Peña es un economista de 44 años que fue director del Banco Central y trabajó para el FMI (Fondo Monetario Internacional).
El otro favorito y veterano líder de la oposición es Efraín Alegre, de 60 años y quien intenta por tercera vez llegar a la presidencia.
La difícil situación económica que enfrenta el país tras la pandemia y la inflación así como la corrupción fueron los asuntos centrales de la campaña electoral.
La tradicionalmente estable economía paraguaya, que depende de las exportaciones de soja, carne vacuna y electricidad creció apenas un 0,2% el año pasado y la inflación fue del 8,1%.
Peña, cuyo partido ha gobernado el país las últimas siete décadas con la excepción de un breve periodo entre 2008 y 2013, prometió «más plata en los bolsillos de los paraguayos» mediante la creación de empleos y la formalización de la economía.
Alegre, quien encabeza una coalición de fuerzas de centro derecha e izquierda denominada Concertación Nacional, propuso bajar las tarifas de la electricidad, luchar contra la corrupción y dar un giro a las relaciones del país con Taiwán en favor de China.
El Partido Colorado llegó a las urnas golpeado por conflictos internos y las denuncias de corrupción del gobierno de Estados Unidos en contra de su líder y expresidente Horacio Cartes.