El candidato de izquierda Gustavo Petro se impuso sobre el independiente Rodolfo Hernández en la segunda vuelta de las elecciones de Colombia y se convirtió en el primer presidente de izquierda del país.
Con más del 99,7% de mesas informadas, Petro tiene un 50,49% de los votos por los 47,26% de Hernández, que reconoció su derrota y aceptó el resultado.
Este era el tercer intento de llegar a la presidencia de Petro, un economista de 62 años especializado en medio ambiente, que fue guerrilero en los años 80 y que hasta ahora ejerce como senador y fue alcalde de Bogotá de 2012 a 2015.
Su triunfo confirma el cambio en un país que, tras la firma de los acuerdos de paz en 2016, empezó a expresar otras demandas sociales no atendidas y que explotaron con los estallidos de 2019 y 2021.
Petro supo ganarse al electorado joven y a las mujeres con una agenda basada en promover la igualdad, emprender reformas económicas y poner las políticas de medio ambiente en el centro de su programa.
«Hoy es día de fiesta para el pueblo. Que festeje la primera victoria popular. Que tantos sufrimientos se amortigüen en la alegría que hoy inunda el corazón de la Patria. Esta victoria para Dios y para el Pueblo y su historia. Hoy es el día de las calles y las plazas», expresó Petro en twitter.
El actual presidente, Iván Duque, llamó para felicitar al ganador.
«Llamé a @PetroGustavo para felicitarlo como presidente electo de los colombianos. Acordamos reunirnos en los próximos días para iniciar una transición armónica, institucional y transparente», dijo Duque.
En la primera vuelta Petro ya fue el más votado con 8,5 millones de apoyos, una cifra ya histórica para un candidato de izquierda, y este domingo logró otro hito: sumó más de 11,2 millones de apoyos, favorecido por la mayor participación desde las elecciones de 1998.
En 2018 perdió ante Duque con ocho millones por los más de diez de su rival.
Petro ha sabido lee el descontento social de un país que estalló en protestas y que salió de la pandemia más consciente de la tremenda desigualdad del país, una de las mayores del mundo, y con deseos de cambio tras décadas gobernado por lo que Petro llamó «los mismos de siempre».
Petro no sólo es el primer presidente de izquierda del país, sino ser el primer presidente costeño, y de la mano de la primera vicepresidenta negra, Francia Márquez, quiere reflejar el país multicultural que es Colombia.
Su rival fue Rodolfo Hernández, de 77 años, un político independiente y sin partido que renegó de los políticos, un empresario que quería llevar las lógicas de las compañías al Estado, un adalid contra la corrupción que el 21 de julio encara un juicio, precisamente, por corrupción.
«Acepto el resultado, como debe ser si queremos que nuestras instituciones sean firmes», dijo Hernández en un video divulgado en sus redes sociales.
«Le deseo al doctor Gustavo Petro que sepa dirigir el país, que sea fiel a su discurso contra la corrupción y que no defraude a quienes confiaron en él», agregó.
Las claves del triunfo de Petro
Análisis de Daniel Pardo, corresponsal de BBC Mundo
Gustavo Petro rompe la historia de Colombia al convertirse en el primer presidente de izquierda pura y dura.
El proyecto de paz y reconciliación le ganó, esta vez, al del pragmatismo y el crecimiento económico.
Le tomó 40 años de carrera política.
Cuatro razones por las que ganó:
Primero, su carrera. La empezó como guerrillero, luego como congresista denunció lo peor de la corrupción y la violación de derechos humanos. Después usó la alcaldía de Bogotá como plataforma para la presidencia. Y en su tercera postulación, venció.
Segundo, la coyuntura. Un proceso de paz que abrió ventanas para un futuro distinto, dos estallidos sociales, una pandemia que profundizó la pobreza y un gobierno de Iván Duque impopular generaron el momento propicio para una presidencia de Petro.
Tercero, la crisis de la clase política. Como nunca, los colombianos se pusieron de acuerdo en que había que echar a «los mismos de siempre» del poder, ahora en manos del impopular Duque. Con Álvaro Uribe cuestionado legalmente, la centroderecha se dividió y desprestigió.
Y cuarto, el país de los 60 años de guerra eligió a un exguerrillero. Y eso se debe a un cambio generacional que dejó atrás la dicotomía de la Guerra Fría y se puso a hablar de desigualdad, medio ambiente y derechos sociales.
Petro supo representar a esa nueva Colombia.
Qué propone Petro
«No es la guerra, es la educación; no es el petróleo y la cocaína, es el trabajo sobre el surco bajo el sol y la transformación de los productos en la industria; no es una oligarquía minoritaria gobernando a Colombia, es una democracia multicolor», dijo en campaña Petro, el candidato del llamado Pacto Histórico, una alianza de izquierdas que él supo aglutinar durante años tras alejarse de sus propuestas más radicales del pasado.
Siempre crítico con las instituciones, ahora, ante Hernández, se presentó como su mayor valedor, como el representante de un cambio moderado ante un rival con pocas propuestas claras.
Petro logró este domingo superar también lo que muchos habían calificado como «Petrofobia», el miedo a sus propuestas más ambiciosas y a su pertenencia al grupo guerrillero M-19 hace décadas, por lo que incluso estuvo en prisión por posesión de armas.
Algunas de sus propuestas pueden sacudir el orden neoliberal tradicional del país, como una reforma fiscal que muchos expertos consideran imprescindible de una forma u otra; o la transición para acabar con el extractivismo del petróleo, la principal fuente de dinero para el Estado a través de las exportaciones.