Elecciones en Chile

Elecciones en Chile

Elecciones en Chile

Danilo Arbilla

Este domingo habrá elecciones presidenciales y legislativas en Chile. La noticia ha merecido un moderado espacio en la prensa internacional.

Es que serán elecciones normales, en las que no hay trampas, esquives constitucionales y ni pensar en un fraude.

Se prevé, además- encuestas dixit- que el gobierno de “izquierda y progresista” de Michelle Bachelet nuevamente pasará el mando a Sebastián Piñera, “conservador y de derecha”, repitiendo lo que ya había ocurrido en 2010, así como en 2014 Piñera le devolvió el bastón a Bachelet y de la diestra se pasó a la siniestra (o izquierda por si esa palabra suena feo y no gusta).

Dicho esto último, más los “entrecomillados”, para salirme de esa recurrente y arbitraria adjetivación política de definir a unos u otros de derecha o de izquierda , y para advertir sobre ese maniqueísmo, cómodo , ridículo y frívolo, pero a la vez manipulador, que nada tiene que ver con la realidad.

Y Chile es un buen ejemplo de ello: tras la dictadura, la Concertación – coalición de “izquierda y progresista” – ganó todas las elecciones hasta 2005 (triunfo de Bachelet) y durante todo ese tiempo se cuidaron muy bien de continuar con el modelo económico “neoliberal , conservador y de derecha”, impuesto por Hernán Büchi, ministro de Hacienda de Augusto Pinochet.

Chile se desarrolló, se modernizó, se destacó y se “separó” del resto de la región; fue lo que se catalogó de “ milagro chileno.

Es que ninguno de aquellos presidentes – Patricio Alwin, Eduardo Frei Ruiz-Tagle y Ricardo Lagos- eran tontos.

La Bachelet, como dicen los chilenos, fue quien comenzó a hacer pesar la ideología (“de izquierda”) y a desordenar todo lo hecho, con la consecuencia de que al final de su mandato debió entregar el poder a Piñera (“la derecha”). Este reencaminó algunas cosas, pero no como se esperaba y ni cerca, con su política exterior se mostró tímido y ambientó la agitación social – de “izquierda y progresista”- a caballo de la cual volvió Bachelet.

En su segundo mandato la presidenta no hizo oídos sordos al griterío y avanzó en su línea. Hay que reconocerle un cierto “aggiornamento”: unión civil entre personas del mismo sexo y el aborto terapéutico.

Se trata, en el caso, de materias muy caras a la fuerte Iglesia católica chilena, en las que el país muestra retrasos: por ejemplo, la inexistencia, hasta hace poco más de 10 años, de una ley de divorcio, hacía que un porcentaje altísimo de chilenos eran hijos, “bastardos o naturales”, de matrimonios ilegales ( ley México, etc).

Bachelet también encaró una reforma educativa- que a muchos conformo y a otros tantos no- y decididamente insistió en “desordenar” el sistema o el modelo, con consecuencias negativas para la economía de Chile y de los chilenos, afectando la credibilidad del país y la confianza que se habían ganado.

Si lo de Bachelet no fue peor se debió a la subida del precio del cobre, del que Chile es el primer productor del mundo.

El buen precio del cobre fue también una de las causas “ del milagro” , dicho esto para bajarles un poco el copete.

De cualquier forma hay que reconocerles que lo han manejado bien; los venezolanos tienen una de las mayores reserva de petróleo del mundo y sin embargo no les va tan bien. ¿Será por causa del “modelo?:

Lo de Bachelet, además, demuestra que la agitación y la militancia mete ruido, pero no siempre junta votos, aunque se les hagan los gustos: hay una gran mayoría que no milita, pero tiene otra visión y otras urgencias.

Son 8 los candidatos presidenciales y Piñera les lleva 25 puntos al oficialista Alejandro Guillier que va segundo.

Es muy difícil que se dé otro resultado, pero no imposible, por supuesto. Puede que haya una gran abstención y muchos de los 14 millones de chilenos convocados a votar se queden en sus casas – el voto es voluntario- o puede que Piñera cometa algunas torpezas y caiga en tonterías, como ya ha pasado, que jueguen en su contra y contribuyan a unir a un “centro izquierda” muy dividido y variopinto.



TEMAS