Mañana martes se celebran las elecciones a la Presidencia de la Comunidad de Madrid, unas elecciones anticipadas que coinciden con un día laborable, donde el voto por correo llegará a niveles históricos por la pandemia de la Covid-19. A pesar de que la región se encuentra en riesgo extremo por el coronavirus, esperamos una alta participación tal y como han pronosticados las encuestas electorales.
La campaña electoral se ha caracterizado como la más tensa y crispada de la historia de la Comunidad de Madrid en democracia, pues los insultos políticos han ocupado una posición importante, dejando incluso en algunos momentos las propuestas de gobierno en un segundo plano y dando más importancia a la crispación. Hasta el punto final que amenazas de muertes anónimas se han colado en la campaña.
Por otra parte, vemos que la polarización ha llegado a lo más alto. Una polarización que se divide en dos bloques (la izquierda y la derecha), porque, aunque los partidos políticos se presentan en la contienda de forma independientes, está claro que ninguno podrá obtener la mayoría absoluta que se necesita para formar el gobierno (69 escaños), de manera que una vez concluyan las elecciones se necesitará de pactos entre las fuerzas.
Tal ha sido la polarización en la campaña entre los bloques que hemos escuchados calificativos y eslogan que en algunos casos se salen de la realidad. Se ha hablado de elegir entre “fascismo y democracia”, “comunismo o libertad”, “socialismo o libertad”, entre otros, donde la gestión de la pandemia, sanidad, y los impuestos han sido los principales temas de la campaña.
En el bloque de derecha, los sondeos apuntan a que el Partido Popular (PP) ganaría las elecciones, pero no llegaría a la mayoría absoluta, por lo que necesitaría del apoyo de la ultraderecha que representa Vox y que sería el cuarto partido en números de escaños, ya que las encuestas indican que el Partido Ciudadanos (Cs) no entraría a la Asamblea de la Comunidad de Madrid, al no llegar al 5%, aunque eso está por verse, pues sabemos que en política puede pasar cualquier cosa y las encuestas no siempre aciertan con la realidad, ejemplos tenemos demás.
En el bloque de la izquierda tenemos al Partido Socialista Obrero Español (PSOE), que sería el segundo partido más votado, seguido de Más Madrid que quedaría en la tercera posición, y en un quinto lugar quedaría Unidas Podemos (UP). Las citadas fuerzas políticas, por primera vez de forma clara han mostrado públicamente su disposición de dejar sus diferencias de lado y formar un gobierno de izquierda si las sumas de los votos se lo permiten, todo con tal de evitar un gobierno de derecha formado con la ultraderecha de Vox. De ahí que, una de las principales incógnitas de la campaña se centre en el grado de movilización del electorado de izquierda, porque históricamente en el caso de la Comunidad de Madrid suele ser el más apático para acudir a las votaciones.
La gestión de la Covid-19 se ha centrado como tema fundamental de la campaña. La candidata del PP, Isabel Díaz Ayuso, quien opta por la reelección, como estrategia política se ha arropado bajo el manto de la “libertad” de que ha permitido más movilidad y aperturas de bares y restaurantes en comparación con otras comunidades, ya que es el discurso que muchos ciudadanos y ciudadanas quieren escuchar después de un año de restricciones por la pandemia, una gestión que ha apostado por el modelo que da prioridad a la economía ante la salud global. En su caso, Díaz Ayuso apela al voto útil de los ciudadanos para obtener la mayoría absoluta y gobernar en solitario, pero está muy difícil.
Mientras tanto, los partidos de izquierdas (PSOE, Mas Madrid y Unidas Podemos) que evitan la reelección de Ayuso, apelan a movilizar a su electorado de izquierda y a los indecisos con una propuesta progresista que prioriza la salud ante la economía. Las citadas fuerzas, entre otras cuestiones, se centran en criticar las medidas sanitarias adoptadas por la presidenta en la pandemia, visto que ha sido una de las comunidades más golpeadas, considerando que ha dejado al desnudo el sistema sanitario y su mala gestión en las residencias de ancianos, lo que se tradujo en un elevado exceso de mortalidad.
En otro escenario se encuentra el Partido Ciudadanos, que hace todo lo posible por sobrevivir y alcanzar ese 5% que le permita entrar en la Asamblea de Madrid. En ese sentido, se presentan como la opción “moderada” de la derecha. En cambio, Vox, ha continuado con el discurso ultraderechista que les caracteriza, en esta ocasión apelan por la seguridad, y han marcado mucho más su discurso de odio hacia los inmigrantes, en especial hacia los menores no acompañados.
En esta recta final, los partidos han apelado a la conquista del voto de los indecisos porque serían claves, ya que según las encuestas alcanzan el 19%. Ante tanta crispación, polarización y tensión, apelamos a la utopía de que los votantes a la hora de decidir su voto piensen más en criterios racionales y no emocionales. De todos modos, la suerte está echada, faltan horas para saber si las y los madrileños optan por un gobierno progresista de izquierda o un gobierno conservador de derecha formado con la ultraderecha. Todo dependerá de los resultados y los pactos, ¡ya veremos!