Las elecciones presidenciales y congresuales de mayo del año 2024, precedidas de las municipales, que serían en febrero, ya están a la vuelta de la esquina, por lo cual, las manifestaciones proselitistas de todos se expanden por toda la geografía nacional y más allá.
De hecho, la Junta Central Electoral (JCE) anunció en noviembre del pasado año 2022, un cronograma de cara a esos procesos comiciales, que conllevan una minuciosa y bien ponderada organización, de suerte que no haya quejas, lamentos, rabietas ni arrebatos por parte de los participantes ni de la población votante.
Si creemos que falta mucho para comenzar a “arrear” los caballos en la pista electoral, nos equivocamos.
El día 1 de octubre de este año 2023, de acuerdo a la programación del máximo tribunal comicial, los partidos, agrupaciones y movimientos políticos tendrán que realizar sus primarias; y el 29, que será el último domingo de ese mismo mes, sus convenciones y asambleas.
Las elecciones municipales, en las que habrá elección o reelección de los titulares de las alcaldías, regidurías, direcciones y vocalías, según sea el caso, están pautadas para el 18 de febrero del próximo año 2024.
Las presidenciales, que concentran la mayor atención y pasión del mundo, porque seguimos teniendo un sistema político presidencialista, están programadas para el 19 de mayo que corresponde, como lo establece la ley, al tercer domingo de ese mes.
Solo si no hay ganador en primera vuelta, que ojalá si lo haya, el proceso se extendería hasta el 30 de junio del 2024, que es la fecha estipulada legalmente para la denominada segunda vuelta electoral en República Dominicana.
Desde que la Constitución de la República, en su modificación del año 1994, estableció segunda vuelta electoral en el país, solo ha sido necesaria realizarla en el estreno, en el año 1996. Desde entonces, parecería que a los votantes no les simpatizan las primeras vueltas. ¡Pruebas al canto!
Los procesos llevados a cabo en los períodos sucesivos a aquella primera vuelta, hasta ahora, no han requerido segunda vuelta: 2000-2004, Hipólito Mejía, en primera vuelta; 2004-2008, 2008-2012, Leonel Fernández, en primera vuelta; 2012-2016 y 2016-2020, Danilo Medina, en primera vuelta; 2020-2024, Luis Rodolfo Abinader Corona, de quien se prevé, con toda lógica y fundamento, que será nuevamente el candidato del Partido Revolucionario Moderno (PRM), en primera vuelta.
La segunda vuelta, en República Dominicana, hasta el momento ha funcionado como un adorno constitucional, porque cuando llega mayo, ya la gente está decidida y convencida de lo que hará en las urnas. Y lo hace.
Para los procesos venideros del próximo año 2024, hemos comenzado a ver vallas y afiches promocionales de aspirantes a nominaciones a senadores, diputados, alcaldes, regidores y, ¡por supuesto, a presidente de la República!
Hasta ahora, es una campaña que, aunque viola las regulaciones y los plazos de la Junta Central Electoral, lo que no es diferente a otros períodos ni a la cotidianidad institucional misma, todavía parece discreta, aunque en algunos casos luce imprudente, irreverente y desafiante.
Como en aquellos casos, que los hay, en los que desaprensivos utilizan símbolos, monumentos, placas de recordación o distintivos de espacios públicos para grabar el nombre de algún político, al que parecen amar hasta la inconsciencia. ¡Es una barbaridad! Trátese de presidente, expresidente o quien fuere.
Sería un éxito si las pasiones político-electorales, expresadas en afiches, vallas y letreros, no ensuciaran más barrios, calles y ciudades del país en desmedro del cuidado del medio ambiente, del ornato y de la limpieza que deben prevalecer en cualquier nación habitada por personas civilizadas.
Debe ser un compromiso de todos, gobernantes y gobernados, contribuir a que tengamos un país que pueda exhibir con limpieza, estética y orgullo las bellezas con las que cuenta, que son muchas.
Patricia Arache
@patriciarache