SANTO DOMINGO.-El voto del dominicano en el exterior ha sido uno de los principales logros políticos de una diáspora que solamente el año pasado aportó más de siete mil millones de dólares a la economía nacional, según las estadísticas del Banco Central.
La conquista del voto en el exterior fue un proceso que duró cerca de 14 años y en 1997 se aprobó una reforma a la Ley Electoral que incluyó un artículo que indicaba: “los dominicanos residentes en el extranjero, en pleno ejercicio de sus derechos civiles y políticos, podrán ejercer el derecho al sufragio para elegir al Presidente y Vicepresidente de la República”.
Sonalys Núñez, dirigente del Partido Revolucionario Moderno en la Florida, entiende que los dominicanos en el exterior merecen seguir disfrutando de esta conquista siempre y cuando se den las condiciones necesarias para votar. “Y habría que estudiar qué tan legítimas serían las autoridades elegidas allá si los dominicanos que estamos en el exterior no votamos “, sostuvo Núñez.
A partir de hoy las autoridades estadounidenses empezarán la apertura y la flexibilización de una parte del comercio, esto es considerado por Núñez una señal de que para julio se podrían celebrar elecciones.
Carlos Rosario, residente en Miami Garden y votante en uno de los colegios electorales de Miami Dade College, narró a EL DÍA la satisfacción y el orgullo de poder sufragar en tierras extranjeras para elegir un diputado, al Presidente y al Vicepresidente.
Dany Roa, reside en la Florida, afirma que el voto en el exterior es una de las conquistas más atesoradas por la diáspora, porque s solo se les tomaba en cuenta para las contribuciones de remesas y en campaña.
“Uno siente alegría al poder votar y lograr cambios en mi país, aún estando lejos”, expresó Roa.
Diputado de Ultramar
La reforma constitucional de 2010 incluyó la figura del diputado de ultramar, que sería un legislador escogido por la diáspora para representar sus demarcaciones en función de los países de residencia de los dominicanos.
Para poner en marcha esa disposición constitucional se requería de una ley, la cual fue presentada por la Junta Central Electoral.
“No hubo necesidad de cabildeo para lograr la aprobación de la ley porque todos los partidos estaban de acuerdo”, recordó el diputado Radhamés González, quien participó en la aprobación de esa legislación.
El Poder Ejecutivo observó la ley y sugirió cambios en torno a los requisitos de tener la cédula y la inscripción en un registro de electores residentes, lo que consideraba un obstáculo para el libre flujo del proceso de la votación. Pero, luego de varias semanas retiró las observaciones, convirtiéndose en ley.
Eddy Olivares, juez titular de la Junta Central en ese momento, recuerda que el presidente de la Junta, Roberto Rosario, conversó con el entonces presidente de la República, Leonel Fernández, para convencerlo de la viabilidad del a pieza.
Para las elecciones en el exterior de 2012 se crearon en cada una de las demarcaciones Oficinas de Coordinación de Logística Electoral en el Exterior (Ocles), integradas por un presidente, primer y segundo suplente de presidente, un primer vocal y sus dos suplentes, un segundo vocal y sus suplentes.
Las demarcaciones quedaron conformadas en tres circunscripciones. Canadá quedó fuera para el diputados de ultramar porque ese país se negó a ser considerada una “demarcación electoral” de otra nación para que se escogiera en un congreso extranjero representantes por el territorio canadiense.
Comicios en peligro
Ese gran logro político hoy peligra debido a que los países donde puede votar el dominicano en el exterior han negado el permiso del voto presencial por las medidas de restricción adoptadas por esas naciones para contener los contagios del nuevo coronovirus Covid-19.
Aquí sale a relucir una de las peculiaridades del sistema dominicano.
La mayoría de los países que tienen voto en el exterior lo hacen en las embajadas o consulados acreditados en el exterior, pero la tradicional desconfianza de los dominicanos hizo que eso no fuera posible y por tanto se utilizan escuelas, centros comunales o locales arrendados en esas ciudades.
Por tanto, se necesita la autorización para utilizarlos. Como esos comicios fueron pospuestos para el 5 de julio, la Junta Central Electoral ha vuelto a solicitar autorización para que se le permita votar al dominicano en esa fecha en los lugares escogidos.
El presidente del Partido Revolucionario Moderno, José Ignacio Paliza, ha reiterado que es imprescindible que se celebren las elecciones en el exterior.
El PLD sostiene que tanto la Junta y como los partidos deben hacer los esfuerzos necesarios para asegurar la participación de más de 500 mil dominicanos en el exterior con derecho al voto en las elecciones.
Los reformista dicen que sin la participación de los dominicanos en el exterior las elecciones no serían válidas.
Los partidos han propuesto a la Junta un “Plan B”, que consiste hacer elecciones a través del correo. Pero esto choca con la Ley Electoral, que establece que el voto debe ser presencial.
Decisivos
7.9 Por ciento.
Representan los 595,879 votantes en el exterior, del padrón total nacional de 7,529,932 inscritos.