El voleibol dominicano tiene muchos problemas, los cuales se cubren por una cortina de humo imaginaria que es el proyecto de la selección Nacional Femenino que dirige Cristóbal Marte.
En el voleibol dominicano existe una realidad que nadie la puede esconder y es que no existen eventos para el inicio, desarrollo y fomento de los atletas. La masificación de este deporte es nula y se afecta con la decisión que tomó hace varios años el presidente de la Federación Dominicana de Voleibol, Alexis García, de irse a residir a los Estados Unidos. Es decir, maneja la federación desde el exterior.
En el país existen muy pocos torneos, debido a que hay muy pocos clubes. Fíjense que en la provincia Santo Domingo y el Distrito Nacional, que aglutinan la mayor cantidad de atletas de esas disciplinas, apenas se hacen torneos en los niveles inferiores.
Luego de varios años, en 2018 se inició en el Distrito Nacional un torneo superior, pero en la versión anterior solo participaron cuatro jugadoras del seleccionado nacional de mayores.
Un fallo grande para los directivos de la federación de esta disciplina es no haber convencido a los directivos del Círculo Deportivo de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional para que incluyan un torneo superior tanto femenino como masculino, para que sus atletas se beneficien de las facilidades que otorga esa entidad.
El proyecto de selecciones nacionales, que dirige Cristóbal Marte, es la parte visible del voleibol dominicano, pero solo en la parte femenina, porque nunca ha querido trabajar con los hombres.
Ese proyecto tiene una parte de captación de talentos que dirigen la profesora Mayo Sibilia y su esposo Gioriver Arias, pero es muy limitado y se enfoca en desarrollar a las jóvenes para irse a reforzar a los torneos internacionales, que luego pasan a la selección nacional; es decir, funciona como una zona franca.
Si esa disciplina no logra una reforma rápida, hasta la selección nacional femenina podría verse en serias dificultades para conseguir atletas.