El velo oscuro del horror

El velo oscuro del horror

El velo oscuro del horror

Roberto Marcallé Abreu

Creo o debo insistir en el hecho de que la avalancha de situaciones incongruentes que el dominicano enfrenta cada día, han venido a crear una situación en la que los índices de salud mental de la población se encuentran a un nivel tal que llaman poderosamente la atención.

A raíz de la muerte de Trujillo y del término de su dictadura de treinta años, hemos vivido bajo la impronta de eventos tan complejos como difíciles que nos han afectado gravemente, tanto en nuestra forma de vida como en nuestra capacidad para reaccionar frente a cualquier estado de cosas.

La paz y la tranquilidad, es preciso decirlo, se han transformado en realidades distantes. Sobrevivimos a una avalancha de eventos que nos han sustraído la paz y el sosiego y el día a día nos sorprende gravemente afectados por un sinnúmero de dificultades e incongruencias de diversa magnitud. ¿Acaso podríamos definir nuestra realidad íntima como el de víctimas propiciatorias?

La cruda realidad nos golpea de manera abrumadora. “Un año de prisión a mujer que mató hija”. “Detenido hombre por muerte de mujer”. “Cementerio ahora es pasto de ganado repleto de maleza”.

En su editorial del 19 de agosto el Listín Diario advierte que “el país atraviesa uno de sus momentos más sombríos y perturbadores, sacudido por una cadena de tragedias que parecen salidas de un escenario de pesadilla”.

Advierte que “estamos enfrentándonos con la dolorosa realidad de que el hogar, el refugio seguro de la familia… se ha transformado en un escenario de crímenes abominables”. Con pesar, el editorialista puntualiza que “es como si un velo oscuro de horror envolviera nuestra sociedad y cada caso pareciera más insólito y cruel que el anterior”.

Las instituciones están tratando de hacer su parte, pese a que “la realidad es que la violencia no solo sigue presente, sino que parece estar enraizada en lo más profundo de nuestra sociedad, en el seno mismo de las familias”.
En lo que va de año se han producido cinco casos de filicidios y parricidios. Se menciona que el presidente Abinader “ha mostrado su preocupación ante esta situación”.

Este horrendo rosario de adversidades heredadas de años anteriores no se ha detenido. “En dos meses se han registrado cerca de 50 incendios en Santiago”. “Detectan 266 casos de cáncer de piel en dos meses”. “Continúan quejas por apagones en época de sofocante Calor.” (Listín).

Estamos desbordados por noticias inquietantes. El conocido jurista Negro Beras denuncia que “recibe amenazas de muerte” (Diario Libre). “Mata a palos a su pareja y le prende fuego a la casa” (Listín). “Mujer acusada de violar niña se declara inocente y reclama su libertad”.

“Tres casos de agresión a niñas afligen a la sociedad”. “Vendedores de paletas en las calles: niños entre el riesgo y la indiferencia” (Diario Libre).

Son una montaña los desafíos a enfrentar. El esfuerzo se hace y hay que seguir haciéndolo e incluso intensificarlo. Las autoridades se esfuerzan sin descanso en quebrar un desconcertante estado de cosas que viene de muy lejos y de muy cerca, también.