El valor del perdón

El valor del perdón

El valor del perdón

Altagracia Suriel

El perdón, más que un valor, es una necesidad para la existencia de una buena salud mental y física. Por eso, las corrientes sicológicas postmodernas incluyen las terapias basadas en el perdón y en la sanación interior.

Quien camina por la vida esclavo del rencor es un preso de sí mismo y de su amargura.

Los cristianos tenemos en el perdón el paradigma de liberación y crecimiento espiritual. Jesús ha dado el mayor ejemplo de perdón. Vivió predicando el perdón y murió perdonando a los que lo crucificaron.

Perdonar no es un signo de debilidad o de baja autoestima. Es reflejo de grandeza interior y de crecimiento
Aunque hay muchas recetas para vivir el perdón, es en Jesús que encontramos las razones para vivir el perdón de forma radical y transformadora:

1. Perdón por la fragilidad humana
Se puede asumir una actitud de perdón viendo las ofendas en perspectiva. El que ofende lo hace por ignorancia, por desconocimiento o debilidad. Incluso si actúa por maldad o problemas de salud mental y su acción produce daños, mirar la condición del que ofende como una persona imperfecta y con limitaciones, induce al perdón y a la compasión.

Al mismo Jesús, el Dios que hizo milagros y pasó su vida haciendo el bien, lo ofendieron de forma inhumana y extrema dándole muerte de cruz, fue el que en su agonía expresó: “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen” (Lucas 23,34).

2. Perdonar ante la resiliencia
El que perdona no se queda en la ofensa, la transciende y la sublimiza. No se convierte en víctima sino en protagonista de la solución de un conflicto. Crece humanamente porque no se queda en el pasado rumiando el mal que le han hecho. Lo ve como oportunidad de crecimiento humano y expresar lo mejor de sí mismo.

3. Perdonar por las ofensas culturales
Para ser liberador el perdón debe ser extensivo a los padres, a los hermanos, a los antepasados, a la sociedad y a las culturas que generaron ofensas que pueden arrastrase de generación en generación creando odios y perpetuando daños y violencias que dificultan el progreso moral. Si queremos crece y avanzar, tenemos que perdonar.



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