La práctica de envíos de dinero por parte de los emigrantes a su país de origen se le tipifica como remesas, lo que en principio presume que la fuente de donde provienen son los sueldos y salarios que reciben los mismosal ejercer su trabajo en el país que residen.
En tal sentido, los envíos se producen como resultados de los lazos familiares, de compromiso y afecto entre los inmigrantes y los que dejaron en su país de donde proceden.
El impacto de las remesas en las economías de donde proceden los inmigrantes es inocultable en el entendido de que esos envíos se incorporan en la fase del consumo, ahorro y la inversión del país receptor. Por tal razón, las remesas recibidas entran al aparato productivo y la actividad económica, lo que se traduce en un factor de dinamismo y desarrollo económico al ingresar a las economías de los países receptores.
Lo más relevante de las remesas radica en que las mismas están orientadas a los segmentos de pobrezas más vulnerables de los países con mayores dificultades económicas. Sin lugar a dudas, esto significa que las consecuencias de las remesas es que tienden a mitigar la pobreza en un segmento poblacional muy notableen el conjunto de los hogares receptores, que en principio suelen pertenecer a la línea de pobreza más excluida de la generación y distribución de la riqueza.
Es importante resaltar que las remesas se convierten en un atenuante al flagelo de las dificultades prevalecientes en aquellas zonas y regiones donde no existen espacios para las inversiones extranjeras, los capitales locales no se estimulan y el asistencialismo oficial se hace indiferente, es decir, donde la esperanza y el desarrollo se suprimen. Es así como las remesas, en tanto flujos financieros, se convierten en un gesto de solidaridad familiar que favorece una vida digna al contribuir con el sustento y bienestar de otras personas.
Desde una perspectiva de la economía global, se puede interpretar que remesas y migración son una combinación indisoluble que expresa como los trabajadores migrantes se incorporan al mercado laboral del país que lo recibe, generando un ingreso que en una alta proporción significativa dinamizar la economía donde se recibe, jugando un rol preponderante. Es en tal virtud que, en los países de origen de los inmigrantes, las remesas tienden a generar oportunidades emprendedoras en el ámbito de la MiPymes.
Es en tal contexto que los gobiernos deben promover facilidades concretas a los migrantes con la finalidad de que el costo de envío de remesas se reduzca, crear las condiciones para que estos envíos tengan un tratamiento de bancarización, en consecuencia, se tenga mayor acceso a los servicios bancarios sin obstáculos, así como ser objeto de crédito para financiar vivienda e inversiones. Con estos incentivos se lograría un mayor flujo de envío que tendría un impacto apreciable en el mercado cambiario, mayores ahorros en moneda local y extranjera, así como una mayor cartera de clientes.
En el caso de las remesas dominicana, lo señalado toma mayor atención en el hecho de que ya se sabe que estas componen la tercera fuente de generación de divisas, después de las exportaciones y el turismo, pues las mismas han promediado alrededor del 7.1% del PIB. Mas aun, durante el periodo 2010-2019, las remesas dominicanas pasaron de US$ 2,744.5 millones a US$ 5,292.9 y en todo el periodo de la pandemia han arrojado un respetable monto de US$ 5,849.8, lo que permite reflexionar que los migrantes dominicanos son una columna importante en el sostén de la economía y la estabilidad cambiaria.
En adicion, la geografía nacional se ha beneficiado de manera sostenida, siendo el Distrito Nacional, Santiago, San Francisco de Macorís, la vega, puerto plata, la provincia Santo Domingo, Bani y San Cristóbal las que mayores flujos de remesas reciben. En ese mismo orden de idea llama ponderosamente la atención el hecho de que durante el periodo 2013-2020 se observa un fenómeno merecedor de análisis, se trata de que en esa temporalidad los receptores de remesas prefirieron recibirlo en monedad extranjera y no en la moneda nacional como ocurría cinco años atrás.
Las conclusiones a las que se puede arribar es que para el periodo señalado la depreciación de la moneda local se aceleró, la crisis de confianza aumentó de una manera geométrica a partir del segundo semestre del 2015, y en medio de la crisis sanitaria la preferencia por las remesas en la moneda extranjera se ha disparado sin precedentes.
En términos del origen de las remesas, las provenientes de EE. UU han predominado siempre, notándose que en el periodo 2010-2020 estas han oscilado entre un 66.4% y 87.2%, evidenciándose de esta manera el valor de las remesas en la economía dominicana.