Cuatro años después de que el presidente de China, Xi Jinping, comenzó a tomar enérgicas medidas contra la corrupción y el consumo conspicuo, los automóviles veloces más extravagantes están reapareciendo.
Las ventas chinas de Ferrari y Aston Martin se acercan a los picos de 2013, después de caídas de hasta un 20 por ciento en 2014, según los datos que reunió Bloomberg Intelligence. Maserati, McLaren y Porsche tuvieron su mejor año en 2016.
Lamborghini también se recupera después de que las entregas se desplomaran a menos de la mitad a partir de 2013. El número de millonarios chinos aumentó un 10 por ciento el año pasado.