Rafael Ramírez Ferreira
Porque…”Si quieres que te tengan por
mentiroso, di siempre la verdad”.
«La verdad que hace libre a los hombres,
es frecuentemente la verdad que los
hombres prefieren no oír».
H. Agar.-
El desear hablar por hablar y aspirar a cosas idílicas, pretensiosas, son cosas naturales en el ser humano.
Cuestionarse sobre miles de asuntos a las cuales no le encuentra respuesta y si lo hace no le satisfacen, es otra más. Quizás sea cierto, o tal vez peor de lo que creemos, pero conocemos a plenitud que somos acaso medio ignorantes o algo más, aunque no creemos llegar a ser estúpidos.
Es duro tener que reconocer lo que somos. Simplemente, un ignorante con cierta luz que no poseen los eruditos y considerados con esta virtud por ellos mismos y por muchos, como muy instruidos.
Y es verdad que los son, de manera tal que dominan con extrema lucidez todo lo oscuro y de lo que mora entre sombras, cosa esta que se aprovechan en demasía. Por eso, en medio de esta idiotez, considero que Salud Pública debe ser anulada, abolida, cerrada, pulverizada; el programa de solidaridad, más rápido aun; comer es primero ni decirlo; subvenciones a organismos de caridad, ipso facto; Comedores Económicos, Desarrollo Fronterizo y de igual manera todos los organismos que reciben recursos del Estado con el propósito de auxiliar a los más necesitados, todos, absolutamente todos, deben desaparecer.
Por igual no pueden quedar activos La Cruz Roja y la Defensa Civil; comer ahora y desayunarse después -no sé si se llama así- ; las acciones públicas de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional y muy a pesar de que nuestros legisladores fueron elegidos para hacer leyes y otras tantas babosadas, todos estos organismos deben pasar desde ya, bajo el control y manejo de nuestros “representantes”, que con tanto ardor se dedican a estas funciones, a pesar de solo recibir pírricas sumas de dinero, que no les rinde siquiera para auxiliar con un poco de habichuelas con dulce a este mísero pueblo. Aleluya, así sea.
Ante tantos sacrificios de nuestros políticos y además funcionarios, se pretende desconocer esta realidad, este esfuerzo hercúleo y desinteresado de los mismos, queriendo imponer algo ingrato que implica hasta desconfianza. Cómo y de qué manera se pretende aspirar a que cualquier persona se constituya como querellante por hechos punibles cometidos por estos sacrificados “representantes” y otros funcionarios públicos, tan solidarios y preocupados por el bienestar del pueblo como son ellos, ¿cómo? ¿Pero cómo aspirar a este acto de injusticia si toda la gratitud del mundo no vale para agradecerles a estos señores por su humanitario y desinteresado trabajo social? ¿Cómo?
Quién nos puede defender mejor contra todas las tropelías que cometen nuestros políticos, representantes y funcionarios que no sean ellos mismos. ¿Quién? Quién puede hacerlo si este pueblo ciego, mudo y sordo está constituido por ignorantes y pendejos. Que hace cosas increíbles, y todo lo deja pasar por debajo de la mesa, como es el caso donde el Ayuntamiento del Distrito entrega un bien, aún incalculable para el mismo ayuntamiento y para la ciudad capital, a una compañía privada, debido precisamente a la prepotencia y desconocimiento de derechos adquiridos por parte del señor síndico del Distrito Nacional y que hoy es la ciudad quien sale perjudicada. Quién mejor que nuestros políticos para meterle el diente a este problema. Y que nadie me diga que esto es poner el ratón a proteger el queso.
Lo grave, es que mientras esto sucede, el causante de esta desgracia, continua teorizando, flamante, pavoneándose y haciendo lo que mejor sabe hacer… ¡circo y farandulearía! Por cosas como esta, es que tenemos que poner al frente de todos estos problemas a nuestros “representantes” y no decir ni ji, porque eso sí que no está permitido, nos podrán defender, cuidar nuestros intereses, dar muchas funditas pero, no podemos protestar, como mucho decir solo… ¡Amén!
Es de ahí la creencia de muchos, en cuanto a nuestras leyes y las autoridades llamadas a establecer la dictadura de la ley, que solo se activan y la aplican contra los pendejos o desarropados hasta de dignidad. Y no creo como muchos, que ellos ejerzan un uso abusivo del poder concedido por medio del voto… No señor; tampoco que ejerzan la prepotencia a su máxima expresión… No señor; descaro y desprecio hacia la chusma, como consideran a todos aquellos que no pertenecen a su clan… No señor; impunidad descarada para hacer y deshacer a su antojo… Menos. ¿Qué hasta dónde piensan llegar y de manera tan abusiva?
Las interrogantes son interminables y todas nos conducirían al mismo lugar… ¿El poder los habrá vuelto locos? ¿No piensan que de manera abrupta y traumática puede llegar el final? Dirán ellos… ¡nadie tiene derecho, carajo! Para eso nos eligieron, somos sus representantes… Callados, así como siempre, como han sido siempre, pueblo pendejo. ¡Si señor!
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