Nadie puede poner en duda que Cristóbal Marte se ha echado encima el voleibol femenino de la República Dominicana.
Ha sido un fajador que debe ser reconocido por todos, debido a que con recursos propios ha llevado esa disciplina a lo más alto en el mundo.
El último ejemplo es el título de campeón en el recién finalizado Mundial sub-20 celebrado en Puerto Rico.
Esa fue una demostración más que fehaciente de la indiscutible calidad del voleibol de mujeres .
El ejemplo de Cristóbal debiera ser imitado por otros empresarios en cualquier actividad del desarrollo humano.
Pero, como dice el colega Bienvenido Carmona, el momento que escogió no fue el más adecuado para llamar la atención de que a esa disciplina el Estado tiene que otorgarle más recursos económicos. Creo que esa gran verdad le quitó un poco de brillo a la celebración.
Mejorar el presupuesto
Debe quedar claro que el Gobierno debe mejorar sustancialmente el presupuesto que asignará al deporte nacional para el año 2016.
No es posible que año tras año los fondos para esa actividad estén en baja, al punto que el propio ministro Jaime David Fernández Mirabal ha puesto el grito al cielo para que se incremente.
Los organismos internacionales han demostrado que por un dólar que se invierte en deportes se dejan de gastar cinco en salud, es decir, que esta actividad es un soporte indiscutible en la mejoría de la calidad de vida de la población, en especial de niños y jóvenes. ¡Manos a la obra!