Hace tanto tiempo que en la República Dominicana no se realiza un torneo superior de voleibol, que probablemente ni sus seguidores recuerden que el último se efectuó en el 2005; ahora que el 6 de abril de 2018, justo 13 años, se inicia una nueva etapa del voleibol criollo, vale la pena apoyarlo, no sin antes destacar algunos detalles.
Los puntos críticos que se pueden identificar en la organización del torneo, serían como que solo se competirá en la rama femenina, alegándose que hay mayor profundidad por la calidad y cantidad de las atletas, razón por la que el relanzamiento del voleibol debe hacerse por esa vía.
En la misma línea, los horarios resultan complicados y poco atractivos, dado que no se jugarán los sábados y los domingos se efectuará en horario de la mañana y primera hora de la tarde, obviándose la condición económica del fanático que tendría que almorzar en el Centro Olímpico, al tiempo de ocuparle el espacio de la mañana, culturalmente destinado en el país para asistir a la iglesia y demás actividades familiares.
No cabe duda del deficiente marketing deportivo, ausente como especialidad académica profesional en dominicana y si se hizo el intento, resulta fallido, no solo por lo indicado precedentemente; sino además por la ausencia de una publicidad, la que se advierte porque ni en el mismo Pabellón de Voleibol hay vallas promoviéndolo.
El nuevo torneo de voleibol programado para arrancar este viernes a las 6:00 PM su organización y composición se apoya en cuatro equipos que se medirán y se nutrirán de las jugadoras de las selecciones mayor, sub 23 y sub 19, lo que le garantiza al torneo calidad competitiva, al menos en forma apriorística.
Los equipos que competirán llevan por nombre: Mirador, Guerreras, Cristo Rey y Caribeñas, que jugarán durante cinco semanas, las que van desde el seis de abril al seis de mayo de 2018 y el precio de la entrada será de RD$100.0 por día.
Pese a esos posibles inconvenientes, todo el que pueda debe asistir, pues tendrá la oportunidad de ver jugar a nuestras volibolistas siendo contrarias unas de otras y no como siempre la hemos visto, jugando en el mismo equipo.