El retiro de un atleta, al igual que de un político, abogado o cualquier otra profesión, es sumamente difícil de asimilar, porque nadie casi nunca admite una baja en sus condiciones físicas y mentales.

En nuestro medio, por ejemplo, los tres principales dirigentes políticos, nunca se torcieron y admitieron que ya era tiempo del recogimiento y por ende, de la jubilación.

Eso definitivamente es producto de que debes usufructuar el poder que tienes sobre las masas, hasta que estas se cansen de tus predicamentos, e incluso todavía, así no lo admiten.

La misma situación se produce en la mayoría de los atletas, que en algún momento, se convirtieron en ídolos.

Quien le mencione la palabra “retiro”, es un “enemigo que lo insulta”, porque no lo asimilan y mucho menos lo pueden digerir.

Son incontables los atletas de diferentes disciplinas que en su ego, están conscientes de que ya pasaron sus mejores años, que no tienen nada en la bola, pero se mantienen activos buscando empatar o rebasar alguna marca, objetivos que quizás logran, pero como dice el refrán, “sale más cara la sal que el chivo”.

Uno de esos casos más llamativos , lo protagoniza desde hace cierto tiempo el dominicano Albert Pujols, quien tiene ya asegurado su puesto en Cooperstown, pero viene de lesión en lesión, con una baja tremenda en su acostumbrada producción.

Espero que este sea su último año activo, porque es precisamente ese espacio los que quedan mayormente grabados en la mente de los fanáticos.

RADARES.- Felicitaciones para Don JoséLeón, quien merecidamente fue elevado como Propulsor al Salón de la Fama del Deporte Dominicano.