El tiempo, enemigo y aliado

El tiempo, enemigo y aliado

El tiempo, enemigo y aliado

Hugo López Morrobel

El tiempo pasa de prisa o muy lento, de acuerdo a las prioridades de cada cual.

En algunos casos es un aliado incondicional, pero también puede ser un enemigo mortal, por lo que su bondad o voracidad, depende de los objetivos que tenga cada individuo.

En el Pabellón de la Fama del Deporte, el transcurrir del tiempo ha sido letal en las aspiraciones de excelentes atletas que han visto pasar años sin que se les tome en cuenta, mientras otros, relativamente nuevos, han logrado sus objetivos

La inmortalización, a parte del reconocimiento en las canchas, también tiene un condicionante: una pensión de casi 50 mil pesos que por ley les toca.

Muchos atletas en pésimas condiciones económicas observan como el tiempo les apaga la vida, pero lo quieren como aliado, con la esperanza de que alargando su existencia quizá podrían obtener esa “limosna”.

Escribo esto con el ánimo, ya que aquí no se le hace caso a casi nada, de que a esos viejos robles del deporte, que tienen méritos suficientes para ser inmortales, se les tome en cuenta, antes de que el tiempo los coloque por siempre en un estrecho y abandonado espacio de un cementerio cualquiera.



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