“No la iba a dejar ahí”: el testimonio del joven que salvó a niña succionada por alcantarilla en San Cristóbal

Santo Domingo.– “Y no me creyeron, nadie me creyó de que ese tipo estaba vivo…”, decía Joel, con la voz entrecortada, refiriéndose a lo que sintió cuando las autoridades abandonaron la búsqueda.

“Y después yo estaba ahí con la impotencia… Me cambié, esperé que se fueran todos y dije: ‘a esa niña no la voy a dejar ahí’”.

Fue entonces cuando entró solo, sin pertenecer a ninguna institución de rescate, con la convicción de que la niña aún podía ser salvada. Y la encontró.

“Estaba hablando, toda guayada, porque fue una presión fuerte para abajo… pero estaba viva. Me la tiré encima, salí con ella y se la pasé al papá”.

Fue a la medianoche

Era casi la medianoche en el sector Lavapié, en San Cristóbal, cuando los aplausos y los gritos de alegría rompieron la tensión que se había apoderado del barrio desde las 4:00 de la tarde, cuando Sheilin Vizcaíno, de 13 años, fue arrastrada por una fuerte corriente de agua y succionada por una alcantarilla.

Había salido de la escuela y volvía a casa cuando las lluvias la sorprendieron. Varias personas trataron de sujetarla, pero no pudieron vencer la fuerza del agua.

La niña desapareció en segundos. El barrio se paralizó.

Los organismos de emergencia Defensa Civil, Cruz Roja Dominicana, 9-1-1, la Policía Nacional y el Cuerpo de Bomberos iniciaron la búsqueda. Pero tras varias horas, suspendieron las labores con la promesa de retomarlas al día siguiente.

Joel, sin embargo, no se rindió. “Ahora yo voy a dormir contento y feliz”, dijo después del rescate, con el rostro sucio, la ropa mojada y el corazón lleno.

El momento más impactante quedó captado en video: una mano pequeña moviéndose dentro de la alcantarilla.

Era Sheilin. Viva. Aferrada a la esperanza. Entre gritos de aliento, los vecinos lograron halarla hasta sacarla.

Fue llevada al Centro Médico Constitución (Cemeco), donde los médicos confirmaron que solo presentaba un golpe en la frente. Estaba consciente y fuera de peligro.

Una merecida recompensa

El empresario Jeycarl Alexander, conmovido por el gesto heroico, decidió entregar una recompensa a Joel. “¿Qué les digo de mi país? Lo que las autoridades, con todos sus recursos, no pudieron hacer… este joven lo logró”.