El testamento de Napolitan (V)

(Continuación del análisis de Joe Napolitan tras las elecciones de 1986)

II. Nunca subestimes el daño que puede ser causado por un partido dividido.

“El pobre Jacobo Majluta fue atrapado en una difícil, quizás intolerable situación, en estas elecciones. A pesar de que él era candidato por el partido encabezado por Jorge Blanco y Peña Gómez, ninguno de estos dos podía ser considerado como amigo.

Jacobo retó y perdió de Jorge Blanco en 1982; luego derrotó a Peña, el candidato de Jorge Blanco, en un pelea interna de partidos. El PRD estaba dividido y con una sensación de agotamiento muy alta.

Claramente muchos de los votos que Majluta recibió en 1982 se desviaron a Juan Bosch, quien dobló sus votos de 9 puntos a 17 puntos entre elecciones. Mientras los votos de Balaguer quedaban más o menos los mismos tal y como estaban en 1982.

“III. La campaña corta lastimó a Majluta y ayudó a Balaguer.

“Majluta es un hombre de campaña extremadamente vigoroso y dinámico. Algunos observadores extranjeros dijeron que trabajaba las masas mejor que cualquier otro candidato que antes hayan podido haber visto.

Pero a causa del largo retraso en determinar que él había ganado la candidatura, la campaña fue acortada por dos meses.

Este tiempo extra habría ayudado a Majluta y afectado a Balaguer, quien es viejo, débil y frágil, y no podía competir con Majluta en las bases de la campaña personal.

“IV. “Efecto de Arrastre” (BandwagonEffect).

“Es una tendencia en muchas campañas, especialmente en Latinoamérica, creer en el efecto arrastre: si las personas creen que tu candidato está adelante y ganando, ellos saltarán en el vagón con él.

Mi experiencia por 30 años, ha sido exactamente lo opuesto: publicar el hecho de que tu candidato está a la delantera, tiende a hacer que se quede rezagado y que tu oponente trabaje más duro.

Lleva a uno a sobrestimar: ¿por qué debemos trabajar tan duro si las elecciones ya están ganadas? Yo discutí fuertemente sobre las publicaciones que mostraban a Majluta en la delantera. He tenido este argumento antes y nunca se me hizo caso. Pienso que el peor error que hicimos en esta campaña fue mostrarle a la gente los resultados que mostraban que Majluta estaba tan aventajado en la delantera.

“V. El tamaño de la multitud es insignificante cuando se compara con las votaciones.

“Majluta arrancó con una enorme multitud en su campaña, pero al final, eso no significaba mucho.

“El candidato se sentía bien, estaba emocionado y entusiasmado. Surgió un inconveniente serio para la realización de grandes mítines: el costo de mucho dinero, mucho tiempo y mucho esfuerzo.

En una campaña donde el dinero era escaso, en retrospectiva pudimos haber usado los fondos invertidos en estos mítines en actividades de persona a persona y en una televisión más efectiva.